EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Aunque han pasado ya semanas desde la última vez que llovió en este municipio, en las calles de la colonia Seis de Octubre persiste la mezcla de fango que, aseguran los pobladores, es pegajoso y se adhiere a los zapatos y ruedas de los carros.
Luego de las recientes lluvias, los vecinos de la Seis de Octubre se ven obligados a dejar sus coches en las afueras de la colonia, pues las calles se encharcan al punto de que los vehículos automáticos se atascan y en ocasiones, también los de velocidades.
De acuerdo con los habitantes, hace apenas unos años se instaló aquí el drenaje, pero el pavimento ha sido una petición de años que, hasta el momento, no ha dado resultados, a pesar de su disposición para aportar un porcentaje de los recursos económicos que se necesitarían para este tipo de obra pública.
Estela Campos, quien es ama de casa, dice bromeando que todo el municipio necesita pavimenta-ción, por lo que ?no nos desesperamos, ya sabemos que en esta administración no va a ser, a lo mejor en la siguiente, pero con este alcalde, definitivamente no?.
Para la señora, son demasiadas las carencias que existen en Francisco I. Madero, por lo que descarta totalmente que se pavimente esta zona, cuando, dice, ?en toda la ciudad hay baches y las calles están todas feas?.
Fernando López, quien es empleado, subraya la necesidad de mayor obra en todo el pueblo, pues comenta que ?Madero no es una ciudad, no tiene ?finta? de ciudad, somos pueblo, así nos han dejado los presidentes?.
El vecino coincide en que existen muchas carencias en el municipio, pero dice que ?ya nomás queda un año de este alcalde, de José Luis Marrufo, esperamos que pronto termine porque no nos había ido tan mal?.
Falta vigilancia
Otra cuestión que molesta a los vecinos de la colonia Seis de Octubre, además de la falta de pavimento, es que no hay vigilancia suficiente por parte de las patrullas de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), por lo que en múltiples ocasiones, hay riñas entre los ?cholos? que se meten a las casas abandonadas a ingerir bebidas alcohólicas.