SUN-AEE
MÉXICO, DF.- El haber gritado: “!Eres un corrupto, ca...!” le valió a un automovilista ser perseguido por seis policías y amenazado por los uniformados de ser remitido al Juzgado Cívico bajo el argumento de alterar el orden público.
El problema es que el grito de este automovilista iba dirigido a Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, y a Marcelo Ebrard, secretario de Seguridad Pública capitalino, quienes encabezaban el acto de inauguración de una coordinación territorial a un costado de Periférico.
De inmediato, dos policías en motocicleta, que operan como escoltas de Ebrard, dos preventivos y otro par de policías vestidos de civil alcanzaron al conductor de un Derby color azul, con la intención de remitirlo al juzgado cívico.
La acompañante de este conductor, Viviana Mongragón, visiblemente molesta, acusaba que las autoridades capitalinas actuaban con prepotencia y violaban la libertad de expresión por el sólo hecho de decir lo que se piensa sobre los escándalos en los que están involucrados los políticos del Distrito Federal.
En el lugar donde se desarrollaba el acto, Pedro Luna Castro, director general de Control de Tránsito de la Secretaría de la Seguridad Pública (SSP) local, monitoreaba por su radio de frecuencia la detención del conductor.
El jefe policíaco tuvo entonces que explicar el acto de la actuación de sus subordinados. Insistía en el que el automovilista afectaba el orden público y además había insultado a las personas.
-¿Cual fue el insultó, decir ca... o corrupto?-, se le preguntó a Luna Castro.
-Es que injuriaron a una persona y se alteró el orden público, respondió, visiblemente confundido el funcionario.
Se le preguntó también si con expresarse se altera el orden público, a lo que respondió: “Claro, claro ¿o qué? ¿podemos expresarnos mal de las personas o de cualquiera que esté en la vía publica?, pues no”, se defendió Luna Castro.
Así, el acto donde López Obrador inauguró la coordinación territorial Tlalpan 4 transcurrió opacado por un incidente menor que se hizo más grande y hasta donde Ebrard tuvo que salir a dar declaraciones.
Argumentó que se le detuvo por que no se sabía si el automovilista podía tener otras intenciones, de agredir a quienes asistían al acto del jefe de Gobierno.