Johannesburgo, (EFE).- El dueño de una pequeña reserva de animales salvajes en la provincia de Limpopo, en el noreste del Sudáfrica, ayudado por otros tres trabajadores, golpeó a un ex empleado y más tarde lo arrojó a un recinto cercado para leones donde fue devorado, según la versión policial.
La declaración ante el Juzgado de Phalaborwa fue hecha por los agentes que investigan el caso contra Mark Scott Crossley, propietario de la hacienda Engedi, Simon Mathebula, Richard Mathebula y Robert Mnisi, quienes, de ser encontrados culpables, podrán ser acusados formalmente de causar daños físicos de gravedad, asesinato y obstrucción a la justicia.
La familia de Nelson Shisane notificó a la Policía su desaparición tras haber regresado a la propiedad de Crossley para recoger sus pertenencias, días después de que fuera despedido.
Las investigaciones llevaron a los agentes de seguridad al campamento de leones de Mokwalo, un proyecto de recría de leones blancos, situado a 15 kilómetros de la hacienda Engedi, donde fue hallado el cuerpo descuartizado de Shisane junto a sus ropas.
