Berlín, (EFE).- El descubrimiento del caso de un alumno de formación profesional de 18 años al que al menos nueve compañeros apalearon durante meses y filmaron luego desnudo para difundir las imágenes en internet en la ciudad de Hildesheim causó conmoción en Alemania.
Cuatro de los presuntos torturadores ingresaron en prisión preventiva después de confesar que propinaron brutales palizas a la víctima a lo largo de 17 semanas, para obligarle luego a desnudarse y mostrar a la cámara su cuerpo magullado.
La Fiscalía de Hildesheim ha abierto una investigación por sospecha de lesiones graves contra los nueve escolares, informó el portavoz, Bernd Seemann, quien confirmó así informaciones de la prensa regional.
Los malos tratos al joven, de los que sus padres no tenían noticia, eran al parecer un secreto a voces en la escuela, y el resto de los alumnos no se atrevía a denunciarlo por miedo a represalias, según Seemann, quien rechazó ofrecer detalles sobre los malos tratos por respeto a la víctima. Los investigadores confirmaron que las imágenes de la víctima han sido ya difundidas en internet.
Además, parece ser que otros alumnos, e incluso un profesor, estuvieron presentes durante las torturas sin hacer nada para impedir que continuaran.
El director del centro, Hans-Hermann Soelter, dijo que todos los docentes le han asegurado no haber tenido en absoluto conocimiento de excesos violentos en el centro.
Los hechos sucedieron al menos dos veces por semana, a veces durante las pausas de la jornada y otras durante las clases, en un almacén de material de la Escuela de Formación Profesional Werner von Siemens de esa ciudad de Baja Sajonia, en el norte de Alemania, informó el ministro regional de Educación, Georg Weissling.
Uno de los sospechosos tiene 18 años y es ruso-alemán, mientras que los otros tres, de 17 años, son un alemán, un kazako y un turco, y al parecer los cuatro son miembros de una banda callejera.
La Policía, que descubrió el caso gracias a un alumno de otra clase que informó de sus sospechas a una pedagoga del centro, interrogó a todos los alumnos del curso.
Políticos, alumnos, profesores y vecinos se mostraron conmocionados tras conocerse la noticia de los malos tratos en esa escuela, que ofrece cursos para trabajadores del sector metalúrgico y electrónico y a la que acuden muchos extranjeros.
El edificio es moderno, limpio y sin pintadas en las paredes ni mobiliario urbano deteriorado, y según su director no registra más hechos violentos que otras.
El caso de Hildesheim se suma a una serie de recientes noticias de malos tratos en las escuelas alemanas. En la localidad de Loerrach, en el estado federado de Baden-Württemberg, un grupo de alumnos propinó una paliza con palos y patadas a dos profesores. En los últimos años, alumnos de la pequeña ciudad de Stadthagen se dedicaron a apalear a compañeros cada vez que uno de ellos cumplía años.