Dallas, (Notimex).- Autoridades de Texas dejaron en libertad a Ernest Ray Willis, quien pasó los últimos 17 años sentenciado a la pena de muerte en esta entidad por un crimen que no cometió y que tal vez nunca ocurrió.
Willis, de 59 años, salió del pabellón de la muerte de la Unidad Carcelaria Polunsky en Livingston, Texas, al sureste de Dallas, y de inmediato abrazó por primera vez a su esposa Verilyn, con quien se casó hace cuatro años mientras estaba en prisión.
Los condenados a muerte en Texas permanecen aislados y no pueden tener contacto físico con su familia o cualquier otro visitante. Los reos sólo pueden ver a sus parientes a través de ventanas y hablar con ellos a través de teléfonos durante las visitas.
"No sé qué decir", dijo Willis a los reporteros que lo esperaron en las afueras de la prisión. "Ha sido mucho tiempo de espera y me he quedado sin palabras", indicó.
Funcionarios del Departamento de Justicia Criminal de Texas dotaron a Willis de una camisa, unos pantalones y unos tenis nuevos para que saliera de la prisión vestido de civil.
El ex reo también recibió los documentos legales de su liberación y un billete de 100 dólares, la cantidad que se entrega regularmente a quienes son dejados en libertad.
Willis fue sentenciado a la pena capital en 1987 tras ser declarado culpable de haber incendiado un año antes una casa, donde murieron dos mujeres que estaban dormidas, en la pequeña comunidad de Iraan, en el oeste de Texas.
En julio pasado, un juez federal de San Antonio, desechó el veredicto de culpabilidad emitido contra Willis al señalar que las autoridades escondieron evidencias durante su juicio.
El juez ordenó que el reo fuera enjuiciado de nuevo, pero el ahora procurador del condado de Pecos, Ori White, optó por no presentar nuevos cargos al existir contundentes evidencias de que el incendio fue accidental.
Un juez estatal en Fort Stockton firmó el pasado lunes la moción para desechar los cargos en contra de Willis y envió la documentación al Departamento de Justicia Criminal de Texas, que procedió a su liberación.
Willis se convirtió en el octavo reo sentenciado a muerte que es liberado en Texas desde 1974.
