EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Lo que no se hizo/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Existen dos maneras de ser felices en

esta vida: una es hacerse el idiota,

y la otra serlo”. Sigmund Freud

No me inquieta la disputa entre el presidente y los diputados sobre el presupuesto de 2005. Ya la Bolsa Mexicana de Valores, con sus fuertes ascensos de las últimas semanas, nos ha demostrado que los inversionistas no se preocupan por los cambios que los diputados hicieron en el documento. Su desinterés se ve subrayado por las declaraciones, tanto de legisladores como de funcionarios del Gobierno, de que no importa lo legislado porque el Ejecutivo hará los cambios que tenga que hacer en el gasto el año que viene.

Mi preocupación es que se ha cerrado un nuevo periodo de sesiones del Congreso sin que se hayan hecho las Reformas sEstructurales. El tiempo se agota. Todo parece indicar que el sexenio terminará sin que se hagan esos cambios que harían más competitivo a nuestro país.

A los propios políticos se les ha olvidado por qué se necesitan las reformas. Son muchos los que dicen, por ejemplo, que el país necesita una reforma fFiscal para que el gGobierno tenga más dinero para gastar. Pero eésa no es la razón.

Necesitamos un sistema fiscal que haga más competitivo a nuestro país. En México las empresas pagan un impuesto a la renta de 33 por ciento, al que hay que añadir otro 10diez por ciento de reparto de utilidades para dar un total de 43 por ciento. En China las inversiones extranjeras pagan 15 por ciento, pero gozan de una exención los primeros cinco años.

En irlanda el impuesto a la renta empresarial es de 12.5 por ciento.

Necesitamos una reforma energética para darle a nuestras compañías y a nuestros ciudadanos energía más barata y de mejor calidad. Requerimos de una reforma lLaboral para que sea más fácil contratar y despedir a trabajadores, de manera que las empresas se puedan adaptar con más facilidad a las cambiantes condiciones del mercado.

Necesitamos eliminar las restricciones a la inversión productiva y los trámites y cargas excesivos para las empresas porque sólo así tendremos la inversión que nos hará más productivos.

Me queda claro que no seremos competitivos con China en el nivel de los salarios. Ni siquiera es deseable. No podemos bajar en dos terceras partes el nivel real de los salarios en México. Pero hay muchos otros factores que nos permitirían ser más competitivos.

Si tuviéramos un sistema fiscal más razonable, si nuestra energía fuera de mejor calidad y de mejor precio, si tuviéramos una mayor flexibilidad laboral y si tuviéramos un mejor sistema educativo, podríamos compensar, cuando menos en parte, el bajo nivel de los salarios chinos.

El tiempo pasa, sin embargo, y las reformas simplemente no se hacen. La primera vez que se planteó la reforma de la eElectricidad fue hace seis años. México no solamente no ha hecho la reforma, sino que uno a uno los demás países del mundo sí la han llevado a cabo.

Virtualmente todos han adoptado ya prácticas más flexibles para la inversión privada en electricidad. Los grandes monopolios estatales están desapareciendo. En China, por supuesto, el proceso está muy avanzado. Incluso Francia, que ha sido el país más reticente, ha iniciado el proceso. En 1998 todavía podíamos pensar que obtendríamos ventajas competitivas con una buena reforma energética; ahora la necesitamos simplemente para no quedarnos atrás.

Las excusas para no hacer las reformas han sido numerosas y han provenido de distintos partidos políticos. En el sexenio de Ernesto Zedillo fue el PAN el que rechazó la reforma eEléctrica y la fFiscal.

Ahora es el PRI el que se opone. El hecho es que los sexenios pasan y las reformas no se hacen. Y el país pierde todos los años un poco más de competitividad.

La economía mexicana no se paralizará de repente, por supuesto. El excelente año que ha tenido la Bolsa nos señala que los inversionistas piensan que, con reformas o no, las empresas nacionales tendrán todavía un tiempo de buenos desempeños. La falta de reformas, sin embargo, se va convirtiendo poco a poco en un lastre cada vez más pesado.

Poco importa, como vemos, que los diputados hayan cambiado el presupuesto para el 2005. Los errores se corregirán de una forma u otra. El gGobierno está buscando ya fondos para los proyectos vetados por los diputados, como la Enciclomedia o la Biblioteca Nacional. El verdadero problema es que no estamos tomando las medidas que nos mantendrían competitivos cinco o diez años adelante. Y cuando hayamos perdido esa competitividad, no habrá nada que podamos hacer.

Recortes y ministros

Le tocará a la Suprema Corte de Justicia, a la cual los diputados le recortaron su gasto de manera brutal, determinar si el presidente puede o no hacer observaciones al presupuesto. ¿Pensarán los ministros en lo que les hicieron los diputados al tomar su decisión?

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 124669

elsiglo.mx