Usted sabe la historia que se puede ver desde que nació el beisbol. Un pitcher puede realizar un excelente trabajo y de cualquier manera termina perdiendo. Tal fue el caso de Esteban Loaiza en el juego del lunes, que en 14 innings los Medias Rojas ganaron 5-4 al Yanquis para acercarse tres juegos a dos en la serie final por el campeonato.
El manager Joe Torre no estaba muy ansioso de utilizar a Loaiza después de las malas actuaciones que tuvo al pasar de los Medias Blancas al Yanquis en el mes de julio, aunque en el primer play off contra Mellizos de Minnesota logró un trabajo de dos entradas en que puso ceros. Para el undécimo episodio del lunes, el manager Joe Torre se quedó sin pitcher disponible y tuvo que traer a Loaiza con corredores en segunda y primera con un solo out. Loaiza dominó al colombiano Orlando Cabrera en rola por el short para doble play y luego puso ceros en los innings 12 y 13. Sin embargo sus compañeros no pudieron aprovechar su muy buen pitcheo, ya que no anotaron carreras en esas entradas.
En el cierre del decimocuarto episodio se encontró Loaiza con toda la mala suerte del mundo. Con dos outs y corredores en segunda y primera, David Ortiz, que había ganado el juego anterior con un cuadrangular en el duodécimo rollo, estaba en dos strikes cuando conectó en un mal swing un elevadito detrás de segunda que picó de hit. Y así terminó el juego con la victoria de Boston.
Loaiza estuvo en cuatro entradas y no hay duda que logró realizar su mejor trabajo desde que llegó a los Yanquis en el mes de julio, en un cambio con los Medias Blancas de Chicago.
Pitcheando para ganar, Loaiza se encontró con la derrota por ese batazo de suerte de Ortiz que fue decisivo y el único imparable que aceptó el tijuanense. Loaiza había dado pasaportes a Johnny Damon y a Manny Ramírez al trabajarlos con mucho cuidado, pero luego vino ese batazo "criminal" de Ortiz, el llamado "texas leaguer" que en México han llamado como "podrido" o "tigrazo" cuando los Tigres de la Liga Mexicana ganaron los campeonatos de 1965 y 66 dando muchos de esos batazos cortos y flojos.