Saltillo, Coah. Julio 14, 2004- Pese a que en Saltillo persiste el fantasma del desempleo, el Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal ha logrado erradicar por completo el problema de los niños que pedían limosna en los diferentes cruceros de la ciudad.
Así lo dio a conocer Sofía Rodríguez directora de ?La Casita?, una institución creada por Teresa Romo de López durante la administración municipal Manuel López Villarreal hace 11 años.
?La Casita?, es una institución enfocada a atender a menores en situación de riesgo, es decir, que por el alto grado de pobreza en el que viven esté expuesto a salir de sus casas para buscar recursos económicos a costa de lo que sea y en cualquier lugar.
Esto sin contar que todos los niños que se encuentran en esta situación provienen de familias que por la misma falta de recursos están desintegradas y presentan graves cuadros de maltrato físico y psicológico.
Sofía Rodríguez dijo que la falta de recursos económicos en el seno de la familia también es factor de inducción a los menores a dejar sus estudios y cambiarlos por formar parte de la industria de la mendicidad y el ocio.
Los programas que el DIF Saltillo lleva a cabo dentro de esta institución subsidiada en gran parte por recursos provenientes de la Iniciativa Privada a través de un patronato no solo están dirigidos a los menores, sino también a su padres.
?La Casita? lleva a cabo programas donde se brinda atención psicológica, médica, comedor, becas, apoyo mensual, asesoría académica, de prevención y formación de valores.
Actualmente esta institución ofrece apoyo a 240 menores y además del apoyo del patronato recibe recursos económicos del mismo municipio y de una colecta anual que se realiza desde hace un par de años en las dependencias del Ayuntamiento.
Hoy en día los cruceros de Saltillo están libres de niños que arriesguen su vida pidiendo dinero a los automovilistas mientras dura la luz roja de los semáforos, sin embargo debido al alto índice de desempleo en la ciudad lo que sobresale es la cantidad de jóvenes disfrazados de payasos, voceadores o limpia vidrios en busca de una moneda.