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Los acuíferos en crisis

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México, DF.- A consecuencia de la sobreexplotación, el balance nacional hidráulico es negativo y expertos del Gobierno Federal advierten que la demanda de agua en las grandes ciudades es ya tan difícil de satisfacer que “en muchos casos su abasto futuro dependerá de la medida en que se pueda liberar para el consumo humano líquido ya destinado a otros usos”.

Actualmente 97 acuíferos diseminados en todo el territorio nacional manifiestan síntomas críticos de grave impacto ecológico: agotamiento de manantiales, desaparición de lagos y humedales; merma del gasto base de ríos, eliminación de vegetación nativa y pérdida de ecosistemas.

Los casos más agudos están ubicados en la cuenca del Río Lerma, dentro de los estados de Guanajuato y Querétaro; en la Península de Baja California; en Sonora y Chihuahua, y en el Valle de México, donde “se ha llegado a una condición que amenaza la sustentabilidad del desarrollo”.

El diagnóstico, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (CNA) para la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), expone una serie de graves efectos de la desmedida explotación de depósitos de agua.

Esta información sirve de base para la próxima expedición del acuerdo para reglamentar y delimitar derechos de concesión de aprovechamiento en 13 acuíferos en el país y actualizar los indicadores de 86 más ya considerados anteriormente.

Con esta medida, cuyo dictamen aprobatorio está bajo estudio de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), se pretende eliminar la discrecionalidad en el aprovechamiento del agua disponible y dar a conocer al público en general los límites geográficos de los acuíferos mencionados.

Su puesta en vigor implicará reglamentos concertados con los usuarios y sí tendrá efectos sobre el mercado y los precios de “ciertos productos cuando se optimice el uso del recurso”, prevé el anteproyecto gubernamental.

Por lo pronto, prevalecen la inutilización o disminución del rendimiento de los pozos; el incremento de los costos de extracción del agua; asentamiento y agrietamiento del terreno, con daños aparatosos en zonas urbanas e industriales; contaminación de acuíferos e intrusión salina en los costeros, además de una fuerte competencia por el uso entre sectores.

Los expertos de la Semarnat han detectado que la agricultura tradicional ha perdido su productividad y en muchos casos dejó de ser rentable, en tanto que la demanda de agua de las ciudades mayores es cada vez más difícil de satisfacer.

En contraste, las cuencas de regiones más lluviosas del territorio mexicano, como la Península de Yucatán y otros estados del sureste con desarrollo y densidad de población menores, dejan escapar importantes cantidades del líquido del subsuelo sin aprovechamiento alguno.

Establece la investigación de la Semarnat que el crecimiento demográfico y el desarrollo de los sectores productivos demandan cantidades adicionales de agua, lo que implica la necesidad de una gestión más eficiente y la preservación del recurso para no frenar ni comprometer el progreso del país.

En México el agua subterránea juega un papel vital, pues el subsuelo abastece a cerca del 70 por ciento de la población urbana; satisface la mayor parte de la demanda de las industrias; sustenta el riego de aproximadamente dos millones de hectáreas, y suministra casi la totalidad de los requerimientos del medio rural.

Por ello, para el Gobierno Federal resulta prioritario atender el ordenamiento y el manejo sustentable de las aguas subterráneas, y hacer frente al constante deterioro del almacenamiento hidráulico subterráneo.

El cinco de diciembre de 2001 el Diario Oficial de la Federación publicó el Acuerdo que establece la denominación oficial de los acuíferos convencionalmente definidos por la Comisión Nacional del Agua.

Más tarde, el 17 de abril de 2002, fue publicada oficialmente la Norma Oficial Mexicana que establece el método para determinar la disponibilidad de aguas nacionales, tanto superficiales como subterráneas.

La Semarnat informó que trabaja en la formulación de los planes de manejo y los reglamentos de acuíferos, mediante “una concertación muy estrecha con los usuarios de las aguas nacionales, organizados y representados en los consejos de transparencia a la información”.

Es precisamente la disponibilidad el dato clave para administrar correctamente el recurso, porque en ella se basa el otorgamiento de nuevas concesiones de agua, la programación hidráulica, los planes de manejo y los reglamentos de cuencas y acuíferos.

El anteproyecto de la Semarnat pretende dar a conocer los límites y disponibilidad de agua en 13 acuíferos seleccionados y actualizar la información de 86 más, a fin de agilizar el proceso de autorización de concesiones y dar transparencia a su administración.

Otro objetivo fundamental es que los interesados no pierdan tiempo en tramitar autorizaciones en zonas donde definitivamente no tendrán permiso alguno.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales advierte a la Cofemer que de no autorizar la publicación oficial de este acuerdo, persistirá el desconocimiento general del marco legal y la información técnica en que se basa la autoridad hidráulica para la gestión de las aguas nacionales.

En caso contrario, si el anteproyecto es aprobado, habrá mayor transparencia en la administración del vital recurso, según la dependencia.

La problemática de los acuíferos subterráneos es ya tan preocupante para el gobierno federal que la CNA ha establecido contacto frecuente con administradores, funcionarios, investigadores y empresas extranjeros involucrados en el estudio y la gestión del vital elemento en todos sus aspectos.

Aún más, los especialistas de naciones incluso avanzadas, como Estados Unidos, Israel, Inglaterra, Francia y Australia, ven en México un mosaico “muy variado” de problemas relacionados con el agua subterránea, que lo han convertido en un centro de atención.

Además, la CNA realiza consultas con dependencias federales, Gobiernos estatales, comisiones locales del ramo, organismos operadores, instituciones académicas y centros de investigación para intercambiar opiniones, información y experiencias.

En la elaboración del diagnóstico expuesto participaron ocho gerentes regionales del organismo en las principales cuencas acuíferas del país, y abarca el curso de las últimas tres décadas.

La Comisión Nacional del Agua mantiene monitoreo extremo de todas las fases del ciclo hidrológico y diversos trabajos de campo, a fin de recabar datos básicos para conocer las características del comportamiento, la renovación, el aprovechamiento y la calidad de agua de los sistemas hidrológicos.

Esta función ha requerido incluso del impulso del extranjero, pues el Programa de Modernización del Manejo del Agua opera con fondos de crédito externo y con la colaboración de expertos del Banco Mundial y de la Organización Meteorológica Mundial.

Pese a todo, la CNA deja en claro que en los casos de acuíferos sobreexplotados, la sola publicación de su déficit hidráulico no implicará una reducción de los volúmenes concesionados como decisión unilateral de la autoridad.

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