“Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomaren la espada, a espada perecerán”. Jesús de Nazaret (Mateo 26:52)
las imágenes de los atentados de ayer en Madrid no pueden sino conmocionar al corazón. Las bombas en tres “trenes de cercanías” —los que llevan a pasajeros a lugares cercanos a la capital española— fueron detonadas a la hora de mayor tránsito con la evidente intención de causar el mayor número posible de víctimas. Las agencias informativas señalan en el momento en que escribo estas reflexiones que hubo cuando menos 190 muertos. Al final la cifra definitiva resultará sin duda mayor. Más de mil personas han quedado heridas.
Los atentados ocurren dos semanas después de que las fuerzas de seguridad españolas capturaron el 29 de febrero a un comando de la organización terrorista vasca ETA que con 500 kilogramos de explosivos se aprestaba a cometer un atentado en Madrid. Hace tres semanas ETA anunció una tregua en su guerra homicida, pero que se aplica sólo a Cataluña. Los nuevos atentados se llevaron a cabo, por otra parte, tres días antes de las elecciones nacionales que se llevarán a cabo el próximo 14 de marzo. El ministro español del interior, Ángel Acebes, culpó de inmediato a ETA por estos nuevos atentados. Un político independentista vasco, Arnaldo Otegui, dijo ayer que no creía que los atentados hubiesen sido llevados a cabo por ETA, sino por algún grupo de la “resistencia árabe”.
El hallazgo de una camioneta con materiales islámicos le dio más fuerza a esta hipótesis. Más tarde, la organización terrorista Al Qaeda reivindicó el atentado al que llamó “trenes de la muerte”. Si bien estas informaciones no han hecho que el Gobierno español abandone por completo la hipótesis de que ETA haya sido la autora del atentado, la verdad es que inclinan de manera muy importante las sospechas hacia Al Qaeda u otros grupos terroristas islámicos.
Para las víctimas de los atentados no importa gran cosa si la matanza fue ordenada por ETA o por Al Qaeda. Pero desde el punto de vista político y de las medidas de seguridad que España y otros países tendrán que tomar en el futuro, sí hay una gran diferencia. Es verdad que a últimas fechas ETA usualmente ha avisado antes de la realización de sus atentados con el objetivo de evitar víctimas humanas. Pero esto no siempre ocurre.
Y la verdad es que ETA, con su historial de violencia, será siempre el primer sospechoso en cualquier atentado en España. Los ataques que tuvieron lugar ayer serían los peores en un solo día en la historia de la organización terrorista. El peor de los anteriores fue una bomba en un supermercado de Barcelona en 1987 que dejó 21 muertos, muchos de ellos mujeres y niños. Desde su creación, en 1967, ETA ha asesinado 800 personas. Si cometió los atentados de ayer, la cifra subiría a mil.
Al Qaeda tiene también una larga lista de homicidios en su haber. Esta es la organización a la que se le atribuyen los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Y ciertamente los miembros de Al Qaeda nunca se han limitado en sus ataques solamente a los Estados Unidos.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, ha convocado a los españoles a que se manifiesten públicamente en todas las ciudades del país en repudio a la violencia. Otros Gobiernos locales han hecho convocatorias similares. Es importante que el jefe de Gobierno del País Vasco, el lehendekari Juan José Ibarretxe del Partido Nacionalista Vasco, haya convocado también a una manifestación de rechazo a los atentados. Esto es importante, a pesar de que el Gobierno español mantiene la posición de que los nacionalistas vascos no hacen más que darle validez a las acciones de ETA, porque recalca el hecho indudable de que hay vascos que quisieran tener un Estado propio pero que no aceptan la violencia de ETA como medio para lograrlo. Los grupos musulmanes que no aceptan la violencia de organizaciones como Al Qaeda seguramente se manifestarán también en contra de la matanza.
A la distancia comparto la tristeza y la rabia de millones de españoles que han sido tomados como rehenes por ETA o agredidos de manera inmisericorde por Al Qaeda. No hay palabras que puedan mitigar el dolor que provoca la muerte de un ser querido. Pero estoy seguro de que muchos mexicanos quisiéramos decirles a nuestros amigos españoles que nos ha dolido enormemente este atentado que ha enlutado a tantas familias españolas.
Los burlones
Andrés Manuel López Obrador y Diego Fernández de Cevallos se han vuelto aliados. Ambos piensan que burlarse de los reporteros y negarles la información que deben comunicar a la sociedad es la forma de mostrar honestidad e independencia. Y pensar que nos quejábamos de los políticos del PRI.
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