Dicen que con la reciente captura de su ex secretario de Finanzas, Gustavo Ponce Meléndez, el Jefe de Gobierno capitalino no ha podido dormir pensando en qué información relevante está obteniendo la PGR.
Y es que Andrés Manuel López Obrador contaba con que, de ser capturado algún día, Ponce sería puesto bajo resguardo de la justicia capitalina y enviado a un reclusorio del DF, pero le falló.
El ex titular de Finanzas no es sólo una de las piezas clave en la acusación por fraude genérico que tiene en la cárcel al empresario Carlos Ahumada, sino que representa un libro abierto sobre los desvíos de dinero dentro del Gobierno de Andrés Manuel.
Si Ponce habla, “El Peje” puede resultar con un daño irreversible, sobre todo, en estos momentos en que sobre su persona pesa un posible desafuero por violar la Ley. Y podrá alegar otro complot en su contra. Incluso, argumentar que resulta muy sospechosa la captura de su ex secretario de Finanzas en estos momentos, pero el hecho es que tiene en su contra a otro francotirador más.
El gran temor de Andrés Manuel no es tan sólo que Ponce pueda decir lo que sabe, sino hasta lo que no sabe, y que en una de esas pueda hablar de más si se siente perdido.
Es el mismo caso de René Bejarano, quien tiene amenazados a todos sus cómplices de que en caso de que vaya a la cárcel no se irá solo, se llevará a varios entre las patas. La lógica indica que cuando un delincuente se ve perdido no le importa nada y se vuelve peligroso por lo que pueda revelar. Esa es la situación de Bejarano y posiblemente sea la de Ponce.
La diferencia es que al diputado con licencia “El Peje” lo puede cuidar un poco porque está en manos de la justicia del DF, pero con el ex titular de Finanzas no es lo mismo, pues lo tiene la justicia federal.
Ponce es una pieza muy valiosa para el Gobierno Federal y no sería difícil que soltara la sopa de todos los enjuagues que le pidieron hacer con la finanzas públicas del DF. La “pejenovela” se pone mejor que nunca.
Centavitos...
Con la espinilla moreteada anda todavía el perredista Rafael Hernández, El Motorcito, quien recibió tremendo patadón de su colega, el diputado federal Eduardo El Chino Espinosa el martes pasado cuando los curulecos locales del PRD tomaron por asalto la Cámara de Diputados. La patada vino cuando ambos andaban calientes por subir a la tribuna y extender la manta que elaboró Alejandra Barrales...
Y hablando de Barrales, la diputada perredista dice que está harta de que se le vincule con René Bejarano. Que no se deslinda públicamente de él por la lealtad y el agradecimiento que le tiene al profesor del maletín negro, pero que en la actualidad ni lo ve ni lo oye, que ella se maneja sola. Al menos eso dice...
Por ahí comentan que los consejeros del Tribunal Superior de Justicia del DF suspendieron la realización de un estudio de imagen a dos empresas contratadas por la vocera Lourdes González Jameson, pues al parecer la adjudicación de esos contratos no está muy clara...
Luego de que el diputado local perredista Gerardo Villanueva fue visto en cadena nacional gritando arriba de la mesa del Congreso, de donde fue bajado de un empellón, la fracción local del PRD estuvo analizando si procedía una denuncia por agresión en contra de Villanueva. ¡Vaya cinismo del Sol Azteca!, llegan como porros a tomar la tribuna, violan la Ley y sólo les falta decir que fue complot en su contra.
