Te fijaste que este año hubo de todo, que muy poca gente tuvo presente lo que representaba la Navidad, y que no faltó quien se preocupara únicamente por organizar posadas, pero no las tradicionales, sino las que se organizaron para hacer fiestas y divertirse en grande, olvidándose así el significado de la Navidad.
Gente que sólo le interesó ver qué le regalaban o qué compraba. Los pequeños, deseosos de que llegara la noche del 24, no para ver el nacimiento del Niño Jesús, sino para ver qué les habían traído. Los jóvenes, quienes desesperadamente esperaron para empezar a preparar lo que llamarían las famosas posadas con el dinero que sus padres les habían dado para gastarlo en fiestas, en todo lo que es diversión.
Padres de familia y hombres de negocios que celebraban algo que no sabían lo que significaba. Sólo se juntaron y organizaron todo para pasar un buen rato agradable y divertido. Y qué puedo decir yo. Me olvidé de hacerles ver a mis hijos lo que es celebrar una verdadera e importante Navidad, y pensar únicamente en la compra de los regalos que habría que hacer a la gente más allegada, que son nuestra familia y amigos.
Todo esto como siempre a última hora, corriendo, porque sabía que no me alcanzaría el tiempo para comprar y repartir todos esos regalos. Viéndolo bien creo que la Tierra sin Jesús sería un verdadero infierno, y que la Tierra con Jesús es el cielo anticipado. Él es la verdadera y única fuente de alegría, meditemos en el fondo de nuestro corazón lo que realmente debemos celebrar en la Navidad.
Pues sigo pensando que estas fechas representan el acercamiento con todos nuestros seres queridos. Llámese familias, amigos, compadres. etc., y borremos todo tipo de asperezas o resentimientos que provocaron una desunión, algún día, solamente recordemos dos cosas: Que todos somos iguales, todos somos hermanos y que sólo hay un Padre, que es Dios.
Realidad...
A la media noche del 24 llegó la hora de felicitarnos, de darnos el abrazo con nuestros seres queridos y porqué no decirlo también, a empezar abrir los regalos. Al abrir el que mi pequeña hija Mónica me regaló, una cajita muy bien arreglada, misma que fui abriendo con mucho cuidado. Pero cuál fue siendo mi sorpresa que la caja estaba completamente vacía, por lo que hubo necesidad de llamarle la atención diciéndole: ¿Hija, que no sabes que cuando se da un regalo, se supone que debe tener algo adentro?
La pequeña volteó hacia mí, y me dijo: ?No Papito, no esta vacía, yo puse muchos besos adentro de la caja. Todos son para ti?. Al escuchar esas palabras me sentí morir, por lo que la abracé tiernamente y le supliqué me perdonara.
Quiero decirles que desde ese día, guardo esa cajita cerca de mi cama y creo la conservaré para siempre, porque estoy seguro que cuando me sienta triste, tomaré de la caja un beso imaginario y recordaré el amor con el que mi hija me los puso ahí.
En una forma tan sensible cada uno los humanos hemos recibido un recipiente lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia o de Dios. Nadie podrá tener una propiedad más hermosa que ésta.
Cada Año Nuevo hacemos propósitos para ser mejores. Pero no propósitos a largo plazo, porque éstos se olvidan los primeros días, por lo que sería mejor hacer propósitos de cada día: Propósitos de día nuevo. Pongámoslo en práctica, verás que aunque vayamos empezando el Año Nuevo, los logros diarios te darán incentivos para continuar y además hacer nuevos propósitos de acercarnos más a Dios. Mejor digamos: ?Hoy me realizaré más? o ?daré gracias a Dios por mi familia, mis alimentos y mi trabajo? y te puedo asegurar que en esta forma específica podrás sentir el acercamiento que te propongas, aparte de mantenernos conectado con quien lo es todo, a quien todo le debemos y con quien siempre podremos contar.
Terminó un año más
Empezamos con otro año nuevo llenos de alegría, esperanza e ilusiones. Esperando que este año sea mejor para cada uno de nosotros. En esta ocasión quiero agradecer y felicitar a todo el personal que compone la gran casa editora de El Siglo de Torreón, que me ha permitido durante varios años ser su colaborador con mis escritos que aparecen cada domingo.
En ellos menciono ampliamente las actividades que los Leones desarrollamos en nuestra comunidad, así como las reflexiones, sucesos reales e historias con las que inicio para hacer más amena la columna. A todos y cada uno de ustedes muchas gracias, no a nadie en especial, sino a toda la gran familia. A mis amigos los lectores también muchas gracias. A nombre de la gran familia Leonística y del particular que hayan pasado una feliz Nochebuena en compañía de sus seres queridos y un maravilloso Año Nuevo. Felicidades.
Reflexión Leonística: La felicidad la obtiene quien realmente sabe darla. ?Nosotros Servimos?.