Querido Diosito te escribo la presente, para que me permitas renunciar a seguir siendo adulto. Por lo que he decidido aceptar la responsabilidad de volver a tener ocho años de edad. Pues deseo ir a la alameda a pasear en los juegos, ir al circo o al matinée, como cuando era niño. Que me compren chapeteadas o algodones de azúcar, elotes, hot dogs, en lugar de ir a lujosos restaurantes. Deseo volver a poner mis barquitos de papel en la pila del lavadero o jugar con mis canicas, para poder valorar lo sencillo que es la vida otra vez. Quiero pensar que los amigos son eternos y mejor que el dinero. Salir de casa sin preocuparme cómo luce mi cabeza o ropa y regresar a casa para disfrutar la comida que mamá preparó con mucho amor. Y que alguien que me pregunte cómo te fue y me diga que me quiere mucho.
Quiero disfrutar los baños de agua con manguera, dormir por lo menos diez horas todas las noches, recostarme bajo la sombra de un buen árbol y tomar toda la limonada que mamá preparaba para mí y mis amigos. Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple. Cuando supe de los Reyes Magos, de los cuentos de hadas: y eso no me molestaba, porque no sabía y no me preocupaba por no saber. Con todo lo que sabía era feliz, porque no sabía las cosas que preocupan y lastiman el corazón. Quiero pensar que el mundo es justo, que todas las personas son honestas y buenas, que no hay envidias. Quiero pensar que todo es posible y cómo la gente ama a Dios sobre todas las cosas. Pero desgraciadamente cuando llegué a mi juventud las cosas cambiaron, me di cuenta que las personas no saben querer ni amar, me di cuenta cómo destruyen con la boca, cómo la envidia los rodea y los hace desear el mal. Aprendí sobre mentiras, matrimonios infieles, del sufrimiento, enfermedad, dolor y la muerte.
Aprendí cómo el dinero puede destruir a una familia y cómo el sexo lo usan como un medio para conseguir lo que quieren. Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi primera mascota. Cuando pensaba que lo peor que paraba era que alguien me quitara mi pelota. Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme levemente con las pequeñas cosas una vez más. Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era. pensando en la tierra húmeda o lodo con el que jugaban mis manos y pies. No me preocupaba por el tiempo, las deudas, sólo pensaba en qué iba a ser cuando fuera grande, sin la preocupación de lograrlo o no. Quiero vivir simple nuevamente. No quiero que mis días sea de computadora y de montañas de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes de materialismo y envidias.
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas. No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y pérdida de seres queridos. Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación. Quiero volver a mis ocho años. Espero que cada día uno de nosotros pueda vivir un poco de ese niño que llevamos dentro, y no nos dejemos arrastrar por la sociedad podrida que nos rodea, y poder aprender y valorar lo sencillo y lo bueno que nos rodea...
Es cierto que en vida todos dejamos huella. Me refiero a todas esas personas que han trabajado en bien de la humanidad, inclusive gente que ha dado todo de sí misma. Inclusive parte hasta de su propia vida, con tal de ver la felicidad reflejada en los demás. Hoy me permito hablar de la CDL. Rosalía García de Martínez, actualmente presidenta del Comité de Damas del Club de Leones de Gómez Palacio, A. C. (por segunda ocasión). La cual está entregada en cuerpo y alma en beneficio de la gente más desamparada de nuestra comunidad, gente que habita en el medio rural, colonias proletarias y casas de la tercera edad.
Ella al igual que las demás damas integrantes del Comité, el cual por lo menos cada quince días visitan los asilos, así como las colonias, para llevar artículos personales, pañales, despensas, cobijas y diferente ropa que es requerida por gente, que en cierta manera está alejada de la sociedad. Independientemente de todo esto, la compañera Dama Leona este año le tocó nuevamente dirigir el Comité de Damas, debido al trabajo que realizó durante su ejercicio como presidenta, al haber seguido los lineamentos de sus antecesoras. Cuando fue presidente su esposo el C.L. Luis Martínez Martín. Ella aparte de pertenecer al Club de Leones de Gómez Palacio, y ser ama de casa, está dedicada al comercio en el ramo de los electrodomésticos. El don de dar parte de lo que se tiene lo aprendió de sus padres y de la vida misma. Su felicidad la comparte al lado de su esposo C.L. Luis Martínez y su pequeño hijo Junior.
Para hoy domingo los compañeros y Damas Leonas, están realizando la onceava jornada médica, en compañía de los médicos del sector salud, donde llevan consultas médicas, optometristas, pan, pasteles, medicinas y algunas despensas, así como corte de pelo cuyos servicios son completamente gratuitos.
El lugar beneficiado en esta ocasión será la colonia Leticia Herrera de la vecina ciudad.
“Reflexión Leonística”. Es sorprendente ver, cómo personas que no tienen futuro, nunca se cansan de dar consejos y decir cómo hacerse las cosas. “Nosotros servimos”.
