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Los locos escenarios/Divagaciones de la manzana

Martha Chapa

El proceso de la política nacional no sólo se ha enrarecido, sino que por donde quiera que veamos nos topamos con callejones sin salida. La supuesta democracia y el Gobierno de transición se han convertido en una pesadilla en que el golpeteo entre tirios y troyanos es permanente, al grado que la confianza y la credibilidad se han convertido en pasajeros que ya abandonaron el barco, desde hace rato.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, que debería ser el fiel de la balanza, se enroló en protagonismos políticos y pretende estar en todas las jugadas, a veces exagerando su competencia. El Poder Legislativo empantanado en sus funciones, ha caído en la parálisis del debate estéril. En tanto que el Poder Ejecutivo Federal carece de brújula y destino.

En los Gobiernos de los estados también se está transitando por la locura de la anarquía y el autoritarismo. Hay gobernadores que provocan “auto-atentados”, otros que promueven las candidaturas de sus esposas y algunos más a los que el poder mareó a tal grado que, cuando se ven en el espejo su ego, se sienten ya presidentes de la República y los partidos políticos, no se quedan atrás, pues, avanzan en la misma sinrazón.

Tal como sucede en un ensayo de Saramago sobre la lucidez, todos se vuelven ciegos o finalmente ejercen la democracia votando en blanco.

En medio de este panorama desastroso también se observa lamentablemente contrahecha la figura de López Obrador, no obstante que había concitado voluntades al responder a necesidades populares y obtener de ello jugosas ganancias políticas, que todavía se reflejan en las encuestas, con apoyos a la tercera edad, de subsidio de leche, una política de diversión colectiva, construcción de importantes obras viales y por último, el regalo de útiles escolares a los niños del Distrito Federal.

El Jefe de Gobierno, también parece haberse contagiado de tal locura colectiva y de repente se autoconvirtió en “indestructible”, “Rayo de esperanza” y se “autosituó” por encima de todos los poderes, dejando a su conciencia la única y última verdad, lo cual muchos han interpretado como una conducta patológica grave, pues sólo los mitómanos creen en su propia leyenda y se consideran el superhéroe que salvará a la patria.

Quizá no se da cuenta que en su frenética carrera hacia la Presidencia chocó ya anticipadamente con el poder de los grandes intereses transnacionales y de las oligarquías locales. Se cree que perdió la vertical y no está consciente de que en un juego de “realpolitik” está perdido.

Lamentablemente, se inició ya un camino sin retorno, de confrontación, de llamamiento a las masas, de imposición de voluntades, más allá de la Ley y de la norma. Lo más triste y torpe es que algún gobernador perredista llegó a decir que si se descalifica a López Obrador, podría surgir la violencia. ¿A quiénes quiere chantajear? ¿Con qué oídos escuchará estas afirmaciones la Unión Europea y otros poderes reales, principalmente Norteamérica? Lula logró llegar al Gobierno de Brasil por su prudencia y astucia, pero si aquí se opta por una latida de profeta iluminado. ¡Habrá más errores! ¿Qué no se darán cuenta de la contradicción entre sus objetivos y los medios para lograrlo? ¿Qué no habrá nadie cuerdo en su equipo de colaboradores que le plantee los escenarios terribles en los que se están introduciendo, porque de lo contrario no quisiéramos escuchar ¡Lástima, Margarito! ¡Lástima, Andrecito! La violencia no representa a tantos ni creo que todos en realidad lo sean, ni muchos menos estén dispuestos a una rebelión.

Las instituciones y la sociedad misma se las cobraría completita. Lo demás son juegos de pirotecnia. Necesitamos estadistas, no gobernantes legisladores o jueces demenciales. Ojalá López Obrador rectifique y encauce, pues apenas está en tiempo.

Tenía razón Erasmo de Rotterdam cuando escribió su célebre libro “Elogio a la Locura” donde dice que ésta era deseable para crear, inventar, cambiar, pero no como aquí se aplica, donde el común denominador de la política en nuestros días es demencial, que no es lo mismo.

e mail: enlachapa@prodiy.net.mx

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