Un país con autoridades y políticos corruptos es el caldo perfecto para el cultivo de grupos y células mafiosas. Desde 1984, Rafael Caro Quintero en el Estado de Chihuahua (rancho El Búfalo), cosechaba marihuana como si fuera un forraje, esto con la consabida anuencia de las autoridades en todos los niveles. Quintero daba trabajo a más de 800 jornaleros, en la siembra, riego, fertilización y cosecha del enervante.
El camioncito de cuatro toneladas baja despacio por el culebrero camino en la sierra de Sinaloa. Los soldados al mando de un teniente coronel esperan en una explanada que ofrece el accidentado terreno, no están en preparación de ataque o de sorprender a los ocupantes de la troca que rueda entre los resbaladizos parajes que forma el camino rural de tierra, la mayoría del pelotón fuma o está sentado a la vera del camino. El camioncito detiene su marcha y sus ocupantes saludan antes de bajar:
—Que dice el patrón que ahí le manda la carga con todo y troca, que son como dos y media de yerba y este mandado- pasándole al teniente coronel que está al mando del grupo un paquete con dinero— y que nosotros dos no estamos en el trato.
—¿Qué más dijo su patrón? pregunta el militar, sin dejar de sopesar el paquete con dinero.
—No p’os que nosotros no estábamos en trato y que si no le gusta el sobre con la lana, pos entonces que le haga como quiera... eso dijo el jefe...
—¿Cuándo será la otra entrega?...
Esto no es ninguna novela, fue la plática de un ex soldado comisionado en la sierra de Durango y Sinaloa en los años de 1988-1994 y hasta el periódico de esa entidad tenía retratada la droga y el camión detenido con datos y señales de que supuestamente es la acción que se desarrolla para combatir a los narcos. La camioneta al ser presentada tenía muchos impactos de bala, la declaración a los medios informativos es la de siempre: Los narcos no fueron detenidos porque se internaron en la sierra...
Los narcos en Ciudad Juárez sobornaron con 3,000 millones de dólares a policías y políticos, esto sólo entre 1994-1998 por Amado Carrillo, quien aprovechó la distracción en la insurgencia zapatista (1994) para descargar en tierra de nadie “entre militares y guerrilleros” los envíos más voluminosos de cocaína. Los Boeing 727 aterrizaban con cargas y en los mismos volvían a Colombia con remesas de billetes de uno, cinco, diez y veinte dólares, que llegaban a pesar toneladas, todo en los tiempos del “Señor de los Cielos”, Amado Carrillo.
Las propinas de diez mil dólares a policías de caminos, aduaneros, jefes de vuelo, etc., las revelaciones de Francisco Barrio, entonces gobernador de Chihuahua, no tuvieron el sustento necesario en ese tiempo para parar los sobornos de los que fueron objeto policías, militares, banqueros, periodistas, políticos y personas en general. Según datos proporcionados por el mismo ex gobernador, sólo en Juárez más de 300 policías judiciales, federales y municipales fueron destituidos por corrupción y lo peor, estos mismos policías despedidos o desertores de alguna institución judicial, incluso Ministerios Públicos pasan a formar parte de las mafias, el caso más concreto se dio en Tijuana con todo el séquito del júnior Hank Rhon.
Ya en 1996-1998 se daba como práctica la compra de voluntades o el asesinato de quienes no la venden y según la estimación de la PGR pasaban por Juárez en ese tiempo drogas por un monto de 200 millones de dólares a la semana, es decir, estamos hablando de 10,000 millones de dólares por año.
El negocio de los narcos sí paga y la prueba es que sigue viento en popa, al grado que en la actualidad una guerrilla es sostenida en Colombia sólo con la venta de coca. Mientras la fiscalía en México ha confiscado desde el año 1998 a la fecha 3,467 inmuebles (desde comercios, hoteles de cinco estrellas y residencias de lujo), 16,784 vehículos (entre autos de lujo y camionetas blindados, hasta tráileres), 798 embarcaciones, 245 lotes de joyas y casi un millón de armas, algunas bastante modernas, aunado a esto ha destruido cientos de hectáreas de plantíos de amapola y marihuana, así como 38 laboratorios para procesar drogas o pastillas psicotrópicas.
Los narcos siguen garante en su carrera, inclusive se han encontrado hasta en la misma oficina del procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha: Un secretario suyo de nombre Carlos Morales Gutiérrez, era quien pasaba toda la información a un grupo de narcos en ese entonces comandado por Patricia Buendía G.
El caso de Carrillo Olea ex gobernador de Morelos y Mario Villanueva ex de Quintana Roo donde queda una vez más comprobado que la corrupción es en México la empresa más lucrativa y la droga es el comercio más productivo y no se ve por dónde se supere a este pulpo, sólo las cifras alegres parecen ser el antídoto de conformismo y la impotencia ante el invulnerable y bien renumerado oficio que es el cultivo, distribución y comercio de la droga que hasta se piensa legalizar.
Será sin duda una tarea ardua para los verdaderos policías y militares no escuchar el canto de las sirenas y mochar la cabeza a esta medusa creciente y con fuerza que representan las mafias de la droga. Y si en las recientes olimpiadas los mexicanos parecemos estar destinados a nacer para perder, en la lucha contra los narcos nuestros diferentes cuerpos policíacos parecen estar nacidos para ser corruptos.
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