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Los niños ya no piden juguetes, sino trabajo para sus padres

CECILIA AGUILAR ACUÑA

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- Los sueños de los niños de las familias pobres ahora se reducen a deseos de buena voluntad, comentaron algunas amas de casa congregadas en la explanada de la presidencia municipal que en compañía de sus hijos, esperaban saborear la tradicional Rosca de Reyes durante el evento organizado por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Abigail Valles estaba formada en la larga fila que se prolongó hasta la avenida Vergel pasando por la avenida Madero y la calle Centenario. Ella es abuela de Cinthia Guadalupe y Jesús Antonio Montellano Zamora de ocho y seis años de edad así como de Diana Luz María Palacio Zamora, quien apenas tiene cinco años.

Todos esperaban pacientes llegar hasta la mesa del presidium donde la presidenta del DIF, Vilma Ale de Herrera y las damas que integran el comité de voluntarias, entregarían a los niños gomezpalatinos cinco mil regalos además de una pieza de Rosca de Reyes que midió 100 metros.

Abigail comenta que a los niños la ilusión de presenciar el evento del Día de Reyes los despertó desde antes de las siete de la mañana. Ayer, el pequeño árbol de Navidad amaneció sin la presencia de regalos, lo mismo sucedió en Nochebuena.

Los niños asintieron ante el comentario de su abuelita, Diana Luz María, una niña con unos ojos azul cielo, a quien su mamá le enseñó a no pedir nada más que “a mi papito, el Niño Dios le trajera un trabajo”. Luego Cinthia, la mayor de los nietos de Abigail, exclamó presurosa, “yo le pedí un riñón nuevo para mi papá, que está enfermo y no puede trabajar”.

Martha Guadalupe Zamora Valles es su mamá. Al escuchar su comentario con emoción contenida dice que su esposo Antonio con apenas 26 años de edad tiene piedras en un riñón que constantemente lo incapacitan en su trabajo y por esta razón, la situación económica que priva en su hogar es lamentable.

Explica que con el monto que corresponde a las incapacidades que le llegan del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), no alcanza más que para comer, “mucho menos para regalos, lo bueno que los niños entienden esta situación”.

El pequeño Jesús Antonio interrumpe a su mamá para confirmar su comentario: “Sí, mis papitos nos dijeron pedir puras cosas buenas que los regalos ya llegaron por otro lado”. Más tarde el niño entre sus manos sostenía una pelota que le fue otorgada la mañana de ayer.

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