A través de la historia de la Región Lagunera, particularmente de Gómez Palacio y Torreón, hemos visto y constatado que muchísimos ciudadanos de distintas partes del Estado zacatecano han contribuido con su trabajo, en distintas ramas, para el desarrollo y crecimiento de estas ciudades laguneras.
Por entrevista que tuve con don Emilio Herrera Muñoz, buen amigo de muchos años atrás, me platicó algo sobre su familia paterna. Sus abuelos paternos, don José María Herrera y su esposa, doña Dolores Escobedo vivían en la hacienda La Jaula de Arriba, Zacatecas, que seguramente estaba cercana a San Luis Potosí, ya que le contaban que iban a la capital potosina para realizar sus compras.
Este matrimonio Herrera Escobedo procreó varios hijos, pero los que recuerda don Emilio fueron: su tío Juan Herrera Escobedo, su tía Emilia casada con el español don Manuel Hoyos Gutiérrez y su padre don Severiano.
Su padre se vino de su natal Zacatecas a trabajar en el rancho de Arcinas, cercano a Sacramento, Dgo., y por esas cosas del destino, conoció a la señorita doña Consuelo Muñoz Almeida con la que contrajo matrimonio el siete de enero de 1915 en Gómez Palacio, Dgo., de donde ella era originaria; fue hija de don Zaferino Muñoz y de doña Francisca Almeida.
Recuerda don Emilio que su madre murió cuando él apenas tenía un año de edad. Su padre lo dejó para su crianza y estudios con su hermana Emilia Herrera Escobedo y con su esposo, don Manuel Hoyos Gutiérrez que vivían en Torreón, Coah., y a su lado creció don Emilio y recibió la educación tanto escolar como del ejemplo de una vida honesta y trabajadora.
Su tío Juan vivía en Los Ángeles, California, casado y procrearon siete u ocho hijos, de los que recuerda a Pedro, el mayor; a Ignacio que fue a la guerra de Vietnam y regresó a Estados Unidos sano y salvo, pero al festejar el regreso, le hicieron una fiesta después de la cual, como era un poco impulsivo, al correr en su automóvil se estrelló y murió en el accidente.
En 1952, don Emilio ya casado con su guapa esposa, doña Elvira Arce de Herrera, fueron a Los Ángeles para conocer al tío Juan, pero éste ya había fallecido, por lo que sólo conoció a sus primos y primas, pero con la distancia, realmente no hubo mucha comunicación.
Don Severiano, padre de don Emilio, al quedar viudo contrajo segundas nupcias aquí en Torreón con la señorita Francisca Ramírez y luego se fueron a vivir a Estados Unidos por lo que tuvo poco contacto con sus medios hermanos, dos de las cuales vivieron un tiempo en esta ciudad, falleciendo una de ellas joven y la otra se casó y se fue a Estados Unidos, donde procrearon una buena familia. Ella falleció hace unos tres años y con sus sobrinos, por razones de la lejanía, casi no tiene contacto.
Su padre que vivía en Estados Unidos, venía por lo menos cada dos años a visitarlo y convivir con su hermana y su cuñado. Después de muchos años, se vino a vivir, su padre, a Francisco I. Madero, Coah., y entonces ya tenía más oportunidad de verlo.
Por su parte, don Emilio Herrera Muñoz, hijo de zacatecano y lagunera, ha tenido una vida fecunda y fructífera dentro de las letras laguneras: Periodista desde la década de los años treinta del siglo pasado, escribe cinco o seis columnas diferentes en El Siglo de Torreón, además de sus Rimas de los jueves, buen poeta y periodista con varios galardones, ciudadano distinguido y Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de La Laguna, etc.