AUBURN HILLS, EU.- Los Pistones de Detroit ultimaron su preparación con vistas al viaje a Los Ángeles para comenzar a disputar las finales de la NBA frente al equipo local de los Lakers y su objetivo es conseguir el título de liga, pero sin ser los "Bad Boys II".
La discusión ha surgido entre los seguidores del equipo, los medios de comunicación y los ex jugadores que formaron parte de los históricos "Bad Boys", que consiguieron los títulos de campeones de liga las temporadas de 1989 y 1990.
Dos de los mayores símbolos de los "Bad Boys" fueron el pivot Bill Laimbeer y el alero Rick Mahorn, dos jugadores que bajo los aros eran muy difíciles de superar tanto por su poder físico como por su concepción de juego duro.
Laimbeer es el que más se ha opuesto a que a los nuevos Pistones se les llame "Bad Boys II" porque considera que no tienen ningún parecido, al margen de la excelente defensa que realizan.
"Lo primero es que nosotros teníamos a jugadores que podían anotar desde cualquier posición y conseguimos que equipos que no dejaban superar la barrera de los 100 puntos recibiesen por nuestra parte 115", explicó Laimbeer.
Después de 15 años, la historia se repite con el enfrentamiento entre los Pistones y los Lakers, que tiene malos recuerdos para el equipo angelino que fue barrido 4-0.
"Creo que para que el nuevo equipo pueda compararse a nosotros, lo primero que tiene que hacer es conseguir dos títulos de liga como lo hicimos en la década de los ochentas", valoró Laimbeer.
Muchos están de acuerdo con Laimbeer, incluidos los entrenadores de los Pistones, Larry Brown y de los Lakers, Phil Jackson, quienes consideran que los jugadores del equipo de Detroit son grandes atletas y para nada utilizan en exceso la dureza.
"Podríamos definirlos como muy ligeros en comparación con los pesos pesados que eran los Bad Boys", bromeó Jackson. "Eran otros tiempos y otra concepción del baloncesto".
Junto a Laimbeer y Mahorn estaba el cabecilla principal del grupo que era el base Isiah Thomas, el jugador de la eterna sonrisa, pero que en el campo tenía el instinto asesino para destruir al rival.
La combinación de fuerza, agresividad y efectividad de cara a la canasta permitió a los Pistones conseguir unos promedios de 106,6 puntos por partido durante la temporada regular, la segunda mejor marca de la liga y sólo permitieron que le anotasen promedio de 100,6 tantos.
Los promedios para la competición de la fase final fue de 100,6 puntos anotados y 92,9 permitidos, la mejor defensa de los "playoffs".
El ex entrenador de los Pistones, Chuck Daly, que dirigió al equipo a los dos títulos de liga, reiteró que eran mucho mejor en ataque de lo que les quisieron reconocer.
"No se debe olvidar que para ganar dos títulos de liga tuvimos que superar a todas las grandes estrellas y miembros del Salón de la Fama que había en los Celtics de Boston y Los Ángeles Lakers", subrayó Daly. "Hoy día llegar a las finales es otra historia".
Esta realidad es la que también persigue a Jackson, en cuanto a su reivindicación de que si gana el décimo título de liga sea el mejor de todos los tiempos, al menos en cuanto a anillos.
"Con 29 equipos, en lugar de 25, el talento de la NBA se ha repartido mucho más y aquellos equipos, que tengan a dos figuras en sus plantillas son los mejores", explicó Daly.
Las estadísticas también confirman esta realidad al mostrar que los Pistones y los Spurs de San Antonio consiguieron que sus rivales no anotasen más de 84,3 puntos de promedio durante la temporada regular.
Los Pistones también establecieron nuevas marcas al no permitir durante 36 partidos consecutivos que los equipos no llegasen a los 100 puntos y en cinco se quedaron por debajo de los 70.
Durante la competición de la fase final, los Pistones tienen promedios de 86,1 puntos anotados y 80,3 de permitidos a sus rivales.
Los nuevos jugadores de los Pistones reconocen que les han comenzado a poner el calificativo de "Bad Boys II", pero son un equipo completamente diferente y no quieren que nada más que comiencen a perder un partido en las Finales, los aficionados sientan que no son iguales a los originales y auténticos "Bad Boys".
Esa duda no la tiene Mahorn, quien claramente ha dicho que los "Bad Boys" eran completos en todos los aspectos del juego.
"Los que dicen que estos jóvenes son más atléticos que nosotros, les puedo garantizar que si estuviésemos en el campo no se iban a enterar por donde les quitábamos el balón", destacó Mahorn, el hombre duro de los "Bad Boys". "Estoy de acuerdo que tienen que ser ellos mismos los que definan su verdadero nombre".
El presidente de operaciones de los Pistones, Joe Dumars, la imagen del jugador más educado que había dentro de los "Bad Boys", reconoció que los aficionados estaban entusiasmados con hacer la comparación.
"Pero la realidad es que nosotros conseguimos dos títulos de liga y el nuevo equipo llega por primera vez a las Finales de la NBA", explicó Dumars. "Lo que sí es cierto es que ambos equipos se pueden comparar en cuanto a la gran importancia que se le da a la defensa".
La llegada el pasado 19 de febrero del alero Rasheed Wallace a los Pistones permitió reforzar aún más el potencial de la defensa del equipo y ahora el ex jugador de los Trail Blazers de Portland va a ser clave en el duelo con el pivot Shaquille O’Neal.
Wallace reconoció que O’Neal es el jugador más dominante que hay en la liga, pero cuando hay que marcarlo sólo se debe pensar "que tienes que luchar a muerte para hacer tu trabajo".
"Michael Jordan era el jugador más dominante de la liga y en ningún momento Joe Dumars se sintió intimidado por su presencia, sino todo lo contrario", valoró Wallace. "Ese el ejemplo que tenemos que seguir cuando comiencen las finales".