AUBURN HILLS, EU.- La reflexión, quejas y duras críticas fueron las notas más destacadas que se dieron ayer en el segundo día de descanso de las finales de la NBA, que hoy domingo vuelven a la acción con el cuarto partido y en el que los Pistones de Detroit buscarán seguir haciendo historia y los Lakers de Los Ángeles superar todas las críticas que se le han venido encima.
La ventaja de 2-1 a favor de los Pistones se ha convertido en la gran sorpresa y además de la manera tan dominadora como los Pistones han estado en los tres primeros partidos, humillando a las superestrellas de los Lakers, como Shaquille O'Neal y Kobe Bryant.
Pero los Pistones, con un puñado de buenos jugadores y un gran entrenador como Larry Brown, volvieron a reiterar que no quieren pensar en ningún título, sino en el cuarto partido de hoy, que además es muy importante para ellos porque en las anteriores eliminatorias frente a los Nets de Nueva Jersey y los Pacers de Indiana tuvieron también la oportunidad de ponerse con la ventaja de 3-1 y lo perdieron, aunque luego ganaron las eliminatorias.
"Creo que todos aprendimos la lección de lo que nos sucedió en las anteriores eliminatorias y ahora debemos hacer mucho mejor las cosas", declaró Brown. "Estamos trabajando con más dedicación que nunca porque sabemos que es la recta final de nuestra temporada".
A pesar de su tranquilidad y humildad en cuanto al futuro, los Pistones también se sienten ambiciosos porque son conscientes de que están en la posición perfecta para hacer historia, porque sería el primer equipo en las finales de la NBA que ganase los tres partidos consecutivos en su campo y además sin tener ningún jugador con méritos suficientes hasta ahora para estar en el Salón de la Fama.
Todos los campeones anteriores de liga han tenido en su plantilla a las grandes estrellas que luego formaron parte del Salón de la Fama.
"No queremos compararnos a nadie ni ser como otros equipos anteriores, simplemente queremos seguir haciendo nuestro juego y desarrollando el estilo de baloncesto que nos gusta y con el que nos sentimos cómodos", explicó Brown. "Somos conscientes de todas las oportunidades que tenemos, pero ahora lo único que nos interesa es jugar al máximo".
Brown reconoció que su equipo debe seguir haciendo una gran defensa porque hay muchas cosas positivas que lograr, pero también se puede convertir en una gran frustración si se dejan de hacer bien las cosas en el campo.
Ya se habla de que los Pistones también serán el primer equipo desde la temporada de 1998, cuando los Bulls de Chicago ganaron su sexto y último título de liga, que consiga recuperarlo para la Conferencia del Este.
Los Pistones también podrían ser el primer equipo desde la temporada de 1974-75 que consigan ganar un título de liga sin salir de favorito.
El último en hacerlo fueron los Warriors de Golden State que barrieron 4-0 a los Bullets de Washington y ahora los Pistones estaban 7-1 abajo en las apuestas contra los Lakers.
"Nada de eso nos interesa", declaró el pivot Ben Wallace. "Nuestra preocupación es seguir jugando al máximo y luchar para conseguir los dos triunfos que necesitamos, comenzado con el del cuarto partido".
La misma opinión tienen el resto de los jugadores, encabezados por el escolta Richard Hamilton, la nueva atracción del equipo, que no quiere perder su modestia e insiste que todos los compañeros son los que han hecho posible los dos primeros triunfos.
"Cada uno de nosotros aportamos el trabajo que nos pide el entrenador y al final el resultado es del equipo, no de un solo jugador", valoró Hamilton.
Mientras tanto, una vez más los Lakers llegaron al entrenamiento en el Palace de Auburn Hills con su característico estilo desafiante y arrogante, que encabezó O'Neal al no querer hablar con los periodistas y Bryant se limitó a decir varias expresiones sin sentido.
El resto de los compañeros les tocó cumplir con lo que la NBA tiene establecido, pero no aportaron nada de interés como tampoco lo han hecho hasta ahora en el campo.
Quien sí habló y de lo que ya todo el mundo esperaba, los árbitros y las faltas personales, fue el entrenador de los Lakers, Phil Jackson, que en lugar de hablar de posibles soluciones técnicas a los problemas graves que tiene el equipo en el campo, cuestionó el porqué a su equipo lo le habían señalado más faltas personales.
La respuesta se la han dado todos los expertos y comentaristas al explicar que los Lakers no llegan con el balón a los aros y por lo tanto no tienen opción a la segunda oportunidad de posesión y a que le cometan faltas.
Pero Jackson, el observador y maestro de jugar con la mente de los jugadores, árbitros, directivos de la NBA y periodistas, que le admiran, dijo que en el campo no les habían dejado jugar con agresividad y no tenía sentido la proporción de faltas personales.
"Creo que debemos tener más presencia dentro del área y que los árbitros nos dejen hacer nuestro juego con los hombres altos", comentó Jackson.
El entrenador de los Lakers, que busca su décimo título, nunca había estado en las nueve finales anteriores con la serie en desventaja de 1-2 y el último equipo que las perdió después de tener la ventaja de 2-1 fueron los Lakers en la temporada de 1984 frente a los Celtics de Boston.
La otra mala noticia para Jackson fue la confirmación de que el veterano alero Karl Malone no se recupera de la lesión de su rodilla derecha y casi seguro que no podrá jugar el cuarto partido o al menos no salir como titular, misión que le podría encargar al ucraniano Slava Medvedenko.
El bajo rendimiento de Malone ha sido considerado como uno de los factores negativos en el rendimiento de los Lakers por lo que se considera que su ausencia podría ser aun más perjudicial para el equipo.
Johnson critica la falta de esfuerzo de los Lakers
El ex legendario base y miembro del Salón de la Fama, Magic Johnson, no ha podido aguantar lo que ha visto hacer en el campo a su ex equipo de Los Ángeles Lakers y los criticó con dureza durante una rueda de prensa para promocionar el deporte del baloncesto en su ciudad natal.
Johnson, que jugó nueve finales de la NBA con los Lakers, no tuvo ninguna consideración en sus apreciaciones por lo que ha visto de su ex equipo en los primeros partidos de las que disputan contra los Pistones de Detroit y dio su versión en público.
"Los Lakers pensaban que lo tenían fácil cuando empezó la serie con los Pistones y eso no es el caso", dijo Johnson. "Si los Lakers no empiezan a respetar a los Pistones como equipo esta serie se acabará pronto".
Johnson, vicepresidente y dueño minoritario de los Lakers, no lució su tradicional sonrisa saliendo del Palace de Auburn Hills y se notó molesto y disgustado tras la humillante derrota por 20 puntos en el tercer partido de las finales disputado el pasado jueves.
"Tenemos que competir y hasta el momento no hemos hecho", comentó Johnson. "Claro que estoy enojado porque estamos jugando sin energía y nuestra frustración es evidente en nuestras caras".
Johnson fue categórico cuando dijo que si los Lakers no cambian su actitud pronto, la serie no volverá a disputarse en Los Ángeles.
La serie al mejor de siete partidos continúa hoy con los Pistones de Detroit arriba 2-1 con dos más encuentros en su campo del Palace de Auburn Hills.
"No sé que están pensando los Lakers", argumentó Johnson. "Están jugando como si no quisieran otro anillo y eso es inaceptable".
Además de criticar al equipo, Johnson también destacó la falta de juego y profesionalismo de Karl Malone y Gary Payton durante las finales.
Malone tuvo un problema con un aficionado antes del tercer partido al que le puso un dedo en la cara y por cuya acción ha sido demandado y el caso está siendo investigado por la policía.
"Nunca debes tocar a un aficionado, eso no será permitido", subrayó Johnson. "Karl ha jugado dos finales antes y yo nueve y también me han dicho cosas que no me han gustado, pero nunca reaccioné como Karl, eso no lo hace ningún jugador de los Lakers".
Johnson recordó la gran rivalidad que siempre había entre los Lakers y los Celtics y cuando iban al desaparecido Boston Garden, los aficionados locales no le decían cosas muy agradables, pero nunca cayó en la trampa de tener contacto físico con ellos.
Al valorar el rendimiento de Payton en el campo, Johnson dijo que el veterano jugador tampoco ha aportado para los Lakers en parte por la gran defensa que le había hecho el base de los Pistones, Chauncey Billups.
"Gary tiene 35 años y ya no es el mismo jugador de hace diez temporadas, algo que tiene que aceptarlo, pero eso no lo excusa para fallar tiros abiertos en un partido", destacó Johnson. "El gran problema de Payton no está en el ataque sino en la defensa, que ha sido barrido por las acciones de Billups".
Johnson sí tuvo palabras de elogio para los jugadores de los Pistones, de los que dijo que habían salido al campo a hacer su trabajo como auténticos profesionales, sin ningún tipo de pretensión de estrellas sino de auténticos luchadores.