el miércoles pasado en el majestuoso y recién estrenado Teatro Nazas, el gobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez, se presentó ante los laguneros de su estado para dar cuenta de su Segundo Informe Regional, luego del rendido en Frontera, acerca del estado de su administración, pasados ya casi cinco años desde su toma de poder.
Martínez y Martínez, reforzado por los discursos de sus principales secretarios, donde las miradas suspicaces notaron la ausencia del secretario general de Gobierno, Raúl Sifuentes, hizo un recuento de todos los logros –curiosamente no fue consignado ningún asunto pendiente- que han tenido en el desempeño de sus cargos.
El lagunero Jorge Viesca Martínez, secretario de Urbanismo y Obras Públicas, enumeró todas las obras de relevancia de su área de responsabilidad: que los ocho carriles del periférico –obra anunciada a principios de año y que faltando poco más de dos meses para concluirla apenas están trazándola-, de los dos pasos a desnivel construidos, del recarpeteo de 31 metros cuadrados de las vías alternas al Distribuidor Vial Revolución, obra cumbre, empañada por una mala ejecución y una cerrazón en admitirla.
Javier Guerrero García, responsable de Finanzas de Coahuila, señaló que lograron destinar del doce por ciento del presupuesto a obras públicas, lo que coloca a la entidad como uno de los cinco estados del país con mayores niveles de inversión.
El turno correspondió al procurador, también lagunero por cierto, Óscar Calderón, que declaró que la dependencia a su cargo mejoró la productividad -¿qué será eso en términos de procuración de justicia? Y que Coahuila es el estado más seguro en el norte del país.
Ignacio Diego Muñoz, de Desarrollo Económico, dio en realidad puras “cuentas de vidrio” pero no dijo nada acerca de que la capital Saltillo ocupa uno de los primeros lugares en desempleo en toda la República Mexicana, situación parecida, mas no igual, al resto del estado.
Hubo dos o tres intervenciones más de los secretarios de Salud, Desarrollo Social, de Fomento Agropecuario y de Educación, que en sus respectivos turnos, informaron cifras que nos dicen a casi todos, nada en concreto, debido a la falta de comparación simple para darse cuenta de los hechos narrados.
Se cumplió entonces con parte del ritual que en muchos estados de México aún se conserva, especialmente donde el PRI mantiene su hegemonía –Coahuila, Durango, Tamaulipas, Sinaloa, etc-. En este caso, se cumplió con la segunda parte del mismo, la primera, durante el informe formal en Saltillo, se había hecho hace exactamente una semana el miércoles. Ahora tocará el turno para que las diversas regiones del estado tengan la oportunidad de enaltecer la figura del Gobernador en turno.
Fue el Teatro Nazas un nuevo escenario donde Enrique Martínez y Martínez demostró que es un Gobernador definitivamente poderoso y controlador. En el acto fue capaz de ratificar que en La Laguna es aceptado y temido, porque muchos de los aplaudidores del miércoles, son aquellos que ven en Martínez al político que hay que respetar si quieren mantener privilegios. Al final, no faltaron los tradicionales quejosos que a las afueras del recinto protestaban al jefe del Ejecutivo del estado, quien junto al alcalde Guillermo Anaya, se retiraron por la puerta lateral para evitarlos. En declaraciones fuera del informe regional, el Gobernador respondió que no se acordaba cuánto le costó un ‘encarte’ que ordenó circulase en un periódico de la ciudad de México, y que sus espectaculares colocados en la capital del país, son “poquitos” respecto a lo que hacen otros Gobernadores. Sólo le faltó añadir: otros Gobernadores que quieren ser Presidentes y destinan recursos públicos para promocionarse.
