Río de Janeiro, (EFE).- Bomberos y voluntarios brasileños tratan de salvar a una ballena de la especie "mink" atorada en la turística playa de Buzios, noreste del estado de Río de Janeiro.
El animal fue hallado un día después de que otro cetáceo, pero de la especie "jubarte" o jorobada, de 18 toneladas, muriera atorada en una playa de Río de Janeiro después de tres días de infructuosos esfuerzos de soldados, bomberos y ecologistas por ayudarlo a regresar a mar abierto.
Según el Instituto Brasileño del Medio Ambiente, la ballena encontrada en Buzios parece estar enferma y permanece prácticamente inmóvil.
El animal, arrastrado por la marea, regresó a la playa después de ser rescatado dos veces y acabó con heridas en las aletas y en la cola a causa de las piedras del lugar.
La costa brasileña es una ruta de migraciones de grandes cetáceos provenientes del mar Antártico.
Estos animales están protegidos por las leyes de Brasil, que impulsa la creación de un santuario de ballenas en el Atlántico Sur y estimula el turismo ecológico en torno al animal.