EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Luz

Federico Reyes Heroles

Escepticismo, desinterés, apatía, incredulidad, todo eso y menos es lo que provoca en muchos la Convención Nacional Hacendaria, (CNH). A los mayores la memoria les arroja las imágenes de las faraónicas e inútiles reuniones lopezportillistas, “La República está Reunida”, rezaba el eslogan. Qué quedó, se preguntan con razón. Después aparecen los miedos a que el foro sea utilizado como plataforma de lanzamiento de los adelantados precandidatos o debiera uno decir de los deseosos. Agréguese a ello un Presidente que parece más ocupado de la precampaña de su esposa (increíble decirlo) que de lo que de allí pueda salir. Frente a eso Salinas de Gortari se mira como un dechado de sensatez: estoy más preocupado por la futura generación que por la elección (2006). El fiasco de diciembre y las pugnas de lavadero de la cúpula priista son el marco de encuadre del pesimismo. Y sin embargo la CNH es la mejor opción frente a nosotros de construir un futuro más sólido.

Un régimen presidencialista con un Presidente desgastado. Una incipiente democracia con partidos brutalmente desprestigiados. Un Gobierno Federal centralista pero débil. Los Gobiernos estatales cacareando soberanía e independencia pero atados a los caprichos centrales. Los municipios potentes en la retórica pero paupérrimos. Por si fuera poco un pacto federal que se vuelve caricatura de un nacionalismo insostenible: inundados de gas pero importando; carentes de electricidad pero prohibiendo su generación; vergonzosos exportadores de mano de obra pero incapaces de reconocer propuestas migratorias de beneficios evidentes (todo por venir de Bush); tronados fiscalmente pero incapaces de aceptar el déficit real; con un régimen de pensiones insostenible pero impotentes para llegar a un acuerdo laboral que solvente la quiebra. Un detalle más, no estamos creciendo lo que necesitamos. La lista es larga.

Recordemos las cifras. Alberto Barranco lo acaba de hacer. Durante el período 82-88 (De la Madrid) la población creció más del diez por ciento mientras que la economía lo hizo a menos del dos por ciento. Ocho por ciento de saldo negativo. Durante el siguiente sexenio (Salinas) la población creció más de un 15 por ciento y la economía más del 22. Saldo positivo de casi siete puntos. En el próximo período sexenal (Zedillo), a pesar de la crisis, el balance fue positivo en más del 13 por ciento. En los tres primeros años de la actual gestión (Fox) el balance es negativo en 2.37 por ciento. Incluso si el crecimiento en el 2004 fuese del tres por ciento este año, seguiríamos en números rojos. La mentadísima deuda interna del país es menos de la mitad de los adeudos del ISSSTE y la deuda externa alrededor de la tercera parte de los débitos laborales del IMSS. O sea que estamos en problemas y muy serios. La Federación tiene adeudos incobrables por alrededor de nueve mil millones de dólares. El monto anual que deja de cobrar el fisco por todo tipo de evasiones es alrededor de 41 mil millones de dólares o sea dos y media veces lo que se pretendía recaudar en la Reforma Fiscal. Se trata más o menos del 6.3 por ciento del PIB o 55 por ciento de los ingresos tributarios.

En ésas estamos cuando se nos atraviesa la ventana de oportunidad de este foro, la CNH, con varias ventajas. Los partidos no llevan la voz cantante. Los municipios y los estados tendrán un margen de discurso propio como no lo habían tenido en 50 años. La Federación es un actor más, pero no el central. Los problemas comunes —escasez de recursos fiscales, agobio de trabajos de infraestructura, incapacidad recaudatoria, etc—, más allá de las ideologías o de engendros de ideas, pueden generar consensos. El encargado de encauzar la discusión, Fernando Elizondo, discusión que durará seis meses, es un hombre sensato y fuera del juego sucesorio. Sin embargo comienzan ya las voces condenatorias. Faramalla, engaño, mejor apostarle al fracaso. Viene la pregunta: ¿qué mejor opción tenemos para tratar los problemas reales del país? Buscan reintroducir el IVA en alimentos y medicinas, lanzan para descalificar el ejercicio. Como lo ha dicho el gobernador de Zacatecas, Monreal, no debe haber temas vetados y ése es uno obligado.

Pero más allá del polémico IVA hay otras opciones que podrían traer un enorme beneficio. En primer lugar recordemos que no se trata de una reforma recaudatoria per se. En todo caso se buscaría estimular la economía y obtener mayores recursos fiscales para depender menos del petróleo, disminuir el déficit real (incluido todo, pensiones, Pidiregas y agregados) y poder tener una economía más sólida, más independiente del exterior y con crecimiento. Suena bien, hasta podríamos agregar que fortalece la soberanía que tanto preocupa por allí. Hoy somos tan soberanos que estamos dispuestos a reventar a miles de empresas por los costos de la energía o a importar gas de donde sea con tal de no permitirles a los connacionales invertir en esas áreas. No se trata de recaudar por sí mismo pero, como ha recordado el gobernador de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez Soto, un punto porcentual más al año significarían cerca de seis mil millones de dólares. Si lográsemos llegar al promedio de recaudación de América Latina, 17 por ciento, podríamos abatir el 25 por ciento de los pobres en 15 años. Es quizá una ilusión, pero en un país tan miserable que empieza a carecer de ilusiones esta pareciera bastante alentadora.

Tenemos por enfrente seis meses en los cuales Madrazo, Creel, Gordillo, Andrés Manuel López Obrador, Sahagún de Fox, y demás suspirantes podrán poner a descansar sus armas mientras la nación discute lo de fondo. Las elecciones locales seguirán su curso que, por cierto debemos recordar, es siempre local. O sea que pueden discutir con calma porque es difícil comprobar como viajan esos asuntos a ese nivel. Algunos temen que la CNH vaya ser una rebatinga, un caos. Pero por fortuna eso está librado, lo que salga tendrá que ser por consenso o no será. Vetar una locura es una pieza esencial de las reglas de juego. Pero de entrada sabemos que algo está mal en el arreglo federado: de los cuantiosos recursos naturales sólo vemos los números rojos. No pagan los que debieran pagar, no cobran los que pudieran (debieran) cobrar, (estados y municipios); no se cobra lo que podría ayudar a sacarnos de pobres (el predial por ejemplo) y, al final del día, todo termina en una repartición dadivosa, poco digna, pero muy cómoda, que sólo trae más desarreglos. No pareciera el mejor acuerdo.

Todo esto estará a discusión desde el día cinco de febrero. Si alguien tiene una mejor propuesta que levante la mano. Pero por lo pronto en esta deprimente atmósfera, eso sí trufada de ambiciones, la Convención se mira como una luz.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 72283

elsiglo.mx