En el último número de la revista "Aquinas", publicación mensual del Instituto Catholique de París, escribe Malbéne un texto en que habla de la rutina religiosa, y se refiere a ella como el mayor enemigo de la fe.
De ese texto transcribo una aseveración del controvertido teólogo. Dice él: "... En los primeros tiempos los cristianos morían y el cristianismo vivía; en nuestro tiempo los cristianos viven y el cristianismo muere...".
Viven, en efecto, los cristianos -precisa el escritor-, pero viven como si no lo fueran. Su cristianismo es rito semanal. Declara Malbéne: "... Los templos se van quedando solos. Pero esa no es la seña más clara del agotamiento de la fe. Esa triste señal es que las almas se van quedando solas. No tienen la presencia del amor. Y el amor traducido en obras buenas es la señal distintiva del cristiano...".
Seguramente este texto de Malbéne, como todos los suyos, será muy comentado.
¡Hasta mañana!...
