SONETO CON HERIDA.
Deja caer mi corazón, te ruego.
Lleva la muerte a cuestas. Anda, deja
que si la vida madre se le aleja
la busque a tientas como niño ciego.
Se apaga ya este corazón sin fuego.
Sólo le queda una memoria vieja
y un torvo grito convertido en queja...
Aquí me tienes, mira. A ti me entrego
todo atado y de todo desatado,
vestido en desnudez y sin orgullo.
Huérfano de mí mismo, ya he borrado
mi nombre de la tierra. Aquí concluyo.
Herido el corazón de lado a lado
quiere dormir bajo la paz del tuyo.
¡Hasta mañana!...