L U N E S
¡Para que te andes creyendo de las estaciones! Este año la primavera
cuyo inicio, para ilusionarnos más, hasta en domingo cayó, ya por la tarde
se andaba arrepintiendo, tratando de huir y “Todo tu cambiar trocóse en
nada”, como también lo notó un día Juan Ramón Jiménez.
Todos, el que más, el que menos, no hubo quien no cayera en la
trampa, y aquí estamos ahora aferrados a ella, vestidos ligeros, caminando
por nuestras calles en mangas de camisa y conteniendo nuestros ligeros
temblores porque, al menos en las esquinas, cruces de los vientos, hace
algo más que fresco, hace frío.
Por eso el propio Juan Ramón se olvidaba de Marzo como parte de
la ansiada primavera y reconocía al mes de abril como su verdadero
principio. Y le decía: “Abril, sin tu asistencia clara, fuera / invierno de caídos
esplendores; .”
Más como los mexicanos somos muy machos, nadie volvió a casa a
ponerse algo más protector contra el vientecillo terco. Hace medio siglo la
cosa era peor, el principio de la primavera se esperaba no sólo para vestir
ligero sino para irse a la Alberca Esparza a echarse los primeros clavados
del año, cosa que ayer por la mañana sólo hizo en Chávez, aunque hoy no
haría, Ana Aurora Sánchez para confirmar que, a través de los tiempos, la historia se repite.
M A R T E S
Uno piensa que si los jóvenes capitalistas mexicanos se
decidieran a invertir su dinero en el país se podría crear una buena
cantidad de empleos que tanta falta hacen particularmente en la Ciudad
Capital, disminuyendo, o parando al menos, el desempleo que tenemos;
pero, en esto, como en tantas cosas, se lleva uno sorpresas. A uno de esos
personajes, Hank Rhon, le ha dado por traspasar sus empresas, no tanto
para producir algo creando una fuente de empleos como para poder
dedicarse a la política y optar por el empleo de presidente municipal de
Tijuana, o algo por el estilo.
En realidad, lo único que hará en los próximos años, si gana su
alcaldía, que la ganará, ¿quién se lo va a impedir? es cobrar en dos partes:
en la Ciudad el cheque de su grupo, y en Tijuana como Alcalde. En cuanto a
sus inversiones seguirán siendo hoteles, centros comerciales, galgódromos
y casas de apuestas. Meterse con la tierra, ¡ni soñarlo!, con la industria,
tampoco. ¿Producir? ¡No! Nada que no sea intereses. ¿Arriesgar? Arriesgar,
ni tantito así. Y si los que tienen no lo hacen, ¿quién lo va a hacer en
México? ¿Quién va a crear entre nosotros los negocios capaces de
desarrollarse y crecer y crear empleos?
Los changarros no crecen, no serían lo que son si crecieran. Se crean para
ser siempre lo que son. Lamentablemente a los que tienen dinero les importa
sólo tenerlo, no los negocios.
M I É R C O L E S
El lunes pasaron en la tele un documental sobre Praga. Hace un año
por estas fechas Elvira y yo planeábamos visitarlo. Lo hicimos un par de
meses después. En la película mostraron el barrio y la casa de Kafka que en
aquel entonces visitamos. Dicen que su nombre en checo quiere decir
“grajo”, ave de hasta cuarenta y cinco centímetros con la que se comparaba.
Kafka era judaico, pero no un judío. Era checo, pero no un checo. pues su
lengua era la alemana y no aprendió a hablar checo hasta que fue adulto.
Era un novelista, pero no lo era, pues sus novelas quedaban por terminar.
y si sus instrucciones hubieran sido obedecidas, habrían sido destruidas
cuando murió. Tuvo amores con Milena, la traductora de sus primeras
novelas, si es que a sus relaciones podía darse el nombre de amores.
“Pocas cosas son ciertas, pero ésta lo es: nunca viviremos juntos, en el
mismo piso, el cuerpo de ella contra el mío, sentados a la misma mesa,
jamás, ni siquiera en la misma población.” Y mientras tenía relaciones con
Milena había dado palabra de matrimonio tres veces, dos de ellas a la misma
muchacha. Pero no llegó a casarse. Sentía la religión, pero no era religioso,
pues nunca se le reveló Dios. Eso fue Kafka. Eso era exactamente: un
“grajo”, como decía él mismo, que, siempre aturdido, saltaba de acá para
allá, entre sus semejantes. Pero hay más. Murió tuberculoso de la garganta,
sin poder hablar. ¿Acaso la vida es tan triste como la suya? Kafka vivió y
escribió para encontrar la respuesta; “La impaciencia, dijo, es el único pecado.”.
J U E V E S
Como sucede, con más frecuencia de la que uno recuerda, buscando
otro libro encontré “Poesía Mexicana Contemporánea y otros escritos”, de
Rafael del Río que fue impreso en esta ciudad en los Talleres Tipográficos de
José C. Simental terminándolo el 12 de abril de 1955, es decir, el próximo año
hará medio siglo. Por supuesto, en él se habla del “Liceo de la Laguna”,
rebautizado más tarde como “Cauce” y “Nuevo Cauce”.
Transcribo un par de páginas: “El sábado último, en la Librería Faedo,
se verificó otro de los semanarios encuentros del Liceo de la Laguna. Aún
cuando todos los miembros del Grupo estaban citados para una reunión
urgente, faltó, como acostumbra hacerlo tan sabiamente, Juan Antonio Díaz
Durán. El motivo nos lo callamos por temor a revelar ciertas persecusiones
faunescas a que se ha venido dedicando últimamente.
Después de una desconsiderada espera de los habituales
concurrentes sabatinos, que ya se cansaban de repasar algunos codiciados
títulos que ostenta la bien surtida Librería, apareció con su acostumbrada
estatura y su indispensable pronunciación cubana, el inclemente José
Antonio.
Ya en el interior y a punto de iniciar la plática anunciada, el Prof. Pablo
C. Moreno, entusiasmó al valeryano Don Félix con la impensada noticia de
poseer, por reciente adquisición, todo un número de la Revista Cabalgata,
dedicada al inmarcesible Valery.”
V I E R N E S
Seguimos con lo de ayer:
“Ante la seductora posibilidad de enriquecer en pocos minutos su ya
amplia bibliografía del admirador poeta francés, Don Félix desapareció
meteóricamente en compañía del orientalista Profesor, a fin de obtener
inmediatamente la anhelada presea, con apresuramiento tal que escandalizó
a Rafael del Río, quien en ese momento departía con el especialista en
secretarías, Emilio Herrera, a quien hacía observar su alarmante propensión
al aburguesamiento, dada la satisfecha y creciente complexión que estaba
adquiriendo a raíz de su matrimonio, al tiempo que le preguntaba
ingenuamente la manera de escribir una columna.
Alonso Gómez explicaba al Ing. Juan José González, tropical y
cimbreante y al serio y formal Enrique Mesta – que combinaba largas,
deleitosas aspiraciones de tabaco con insistentes maceraciones molares a
su invetarado chicle -, cómo estaba intentando, mediante sensatas
dosificaciones diarias de música sinfónica y semiclásica, preparar al
radioescucha lagunero, para la cruzada cultural que intenta el Liceo,
mediante la fusión de todos los elementos artísticos locales y cuya finalidad
era el motivo de la reunión de esa noche.”
Parodiando al portugués Eca de Queiros quien, cuando escribía cosas
como éstas, terminaba diciendo: ¡Así éramos los del 83! (Del 83 del otro
siglo.), bien pudiera yo terminar esta transcripción del libro de Rafael
diciendo: ¡Así éramos los de Torreón en el 53!
S A B A D O
A nosotros el problema del agua nos va a dar duro como a nadie.
Estamos acostumbrados a verla, sino a mares, al menos tan potable y tan
segura siempre que no nos acostumbramos a la idea contraria ni de
casualidad. Y menos los ciudadanos, los campesinos acaso, pero, los
ciudadanos ni por equivocación. Y la mejor prueba es que, no obstante el
tiempo que ya se lleva de recomendar su cuidado, nadie, y esto no es
exageración, nadie la cuida. Esto lo puede ver cualquiera por cualquier
lado. La excepción confirmatoria podrán ser los jardines públicos y cosas
así, pero las mangueras, que son grandes derrochadoras de agua, se siguen
usando, como siempre, es decir, abriéndolas y tirándolas en los jardines, y
en cuanto al baño, nos bañamos por hábito de limpieza, sí, pero, más que
nada, como Lucrecia, por sentir su frescura y gozarla sin límite de tiempo.
Por otra parte, si su escasés se nos va a venir encima ya es tiempo,
entonces, de que los W. C. se hicieran con dos disparadores, uno para lo del
uno y otra para lo del dos, cuyas necesidades de agua son diferentes, y nada
se ha hecho al respecto. ¿Como de costumbre, andaremos preparándonos y
corriendo al final?
Y D O M I N G O
Donde mejor está un ex presidente es en el olvido. NIKITO NIPONGO