EFE
LISBOA, PORTUGAL.- La cantante estadounidense Madonna ofrecerá un segundo concierto en Portugal, el próximo 14 de septiembre, debido a la gran acogida de los espectadores, anunciaron ayer los organizadores.
En apenas nueve horas fueron vendidas casi todas las 20 mil entradas para el concierto que ofrecerá Madonna el próximo 13 de septiembre.
Las entradas para el espectáculo en el Pabellón Atlántico de Lisboa, que cuestan entre 61 y 151 euros, salieron ayer a la venta a las 10:00 de la mañana y al terminar la jornada sólo quedaron disponibles 42.
Lisboa es, hasta el momento, la última parada de la gira Re-Invention World Tour 2004, cuyas entradas están agotadas en los conciertos de Londres, París y Arnhem (Holanda), y sólo quedan en las taquillas de Dublín y Manchester (Inglaterra).
Está previsto que en la actuación de la cantante de True Blue en la capital portuguesa se grabe un “videoclip” y se tomen imágenes del concierto para realizar un DVD sobre su gira.
La reina del pop continúa su gira y el martes se presentó con éxito en el sur de Florida con un concierto cargado de mensajes antibélicos donde criticó al presidente estadunidense George W. Bush por la guerra en Irak.
Para algunos asistentes el mensaje antibélico llegó demasiado tarde, un año después de la intervención militar en Irak y de que otros como el grupo Dixie Chics sufrieron en su momento la furia de algunos seguidores por expresar su mensaje contra Bush.
Sin embargo, ahora que Michael Moore, director del documental Farenheit 9-11, donde también critica a Bush, es un éxito de taquilla y el apoyo a la guerra se ha debilitado, Madonna aprovechó para poner su mensaje político en el escenario.
En el concierto realizado la víspera en el Home Depot Center de Broward, la cantante de 45 años mostró videos con imágenes de guerra y otros que satirízan a Bush y al derrocado presidente iraquí Saddam Hussein.
Con mensajes como: “Bush es malo, lo sabemos”, la cantante manifestó su desacuerdo con la guerra en el show restrospectivo a los 20 años de carrera de la artista en el que ofreció sus mayores éxitos.
La “Chica Material” que ahora se declaró ferviente seguidora de las enseñanzas místicas judías de la Cábala y que supuestamente la identifica con el nombre de Esther, se cuidó mucho de poner en riesgo su carrera cambiándose de nombre para el espectáculo.
Madonna aprovechó también el show para “predicar” sobre la Cábala.
El concierto de 105 minutos incluyó en el escenario a trapecistas, bailarines de tap, patinadores y un enorme cono helado de chocolate con una cereza en la cima como la última “travesura” de la cantante.
