Finaliza MAdonna su gira luego de 56 exitosas presentaciones
EFE
LISBOA, PORTUGAL.- La cantante italo-estadounidense Madonna cerró su gira mundial Re-Invention, la cuarta en 20 años de carrera, en el Pabellón Atlántico de Lisboa, cuyo aforo se llenó en las dos noches de delirio para 15,000 asistentes a cada una de ellas.
Con Vogue sonando en los altavoces que han acompañado a la cantante en los 56 conciertos de la gira, Madonna apareció en el escenario, al abrirse en dos una pantalla gigante, en medio del clamor de los seguidores, impacientes por el retraso de media hora de la artista.
Antes de viajar a Israel por ser seguidora de la Cábala judía, la diva, considerada la "reina del pop", se mostró entregada, quizás porque los dos espectáculos de Lisboa han sido grabados para editar un DVD sobre la gira.
En cambio, Madonna canceló una colaboración con la cadena de televisión estadounidense CBS, que tenía previsto retransmitir íntegramente uno de los dos conciertos de Lisboa, con localidades a precios que iban de 126 a 61 euros.
El escenario, muestra fiel del espectáculo que siempre rodea a la cantante de Material Girl, estaba compuesto por plataformas giratorias, pantallas gigantes y una pasarela de metal sobre una parte del público.
Como es habitual, el baile de un grupo de bailarines fue uno de los grandes protagonistas de la noche, pero lo que más llamó la atención al público fueron las referencias de la cantante a los mensajes de paz y libertad, apoyados con imágenes en las grandes pantallas.
Tras la interpretación de Die Another Day, Madonna se sentó en una silla eléctrica, simulando una electrocución, mientras, a sus espaldas, las pantallas gigantes mostraban imágenes de Sadam Husein y George Bush, bombardeos y heridos de guerra.
Uno de los momentos clave de la actuación de la cantante de Erótica fue la interpretación de su versión de Imagine, del asesinado Beatle John Lennon.
Madonna es a menudo sinónimo de provocación y buena muestra de ello fue ver como parte de su equipo de 12 bailarines tenía la cabeza tapada por un "burka", como el que usaban las mujeres afganas bajo el régimen de los talibán.
Los más de 20 temas del concierto estuvieron rodeados de un gran espectáculo sonoro y visual, en el que los efectos especiales, fueron una sorpresa para muchos asistentes.
La artista transformó por momentos el Pabellón Atlántico en una enorme discoteca, en la que temas como Music o Holiday fueron bailados y coreados por el público.
La creadora del gran negocio que es la gira Re-Invention hace gala a sus palabras y demostró durante unas dos horas de concierto cómo se ha reinventado a sí misma desde el ya lejano Like a Virgin hasta el más actual American Life.
Terminado el primero de los dos espectáculos lisboetas, Madonna quiso agradecer su esfuerzo a todos los componentes del equipo que la ha acompañado en la gira y les invitó a cenar y a una fiesta.
Para ello, Madonna, alojada en una suite de lujo de un hotel que ocupa un monumento nacional, cerró el restaurante Bica do Sapato, del que son dueños los actores Joaquim de Almeida y John Malkovich, y la cercana discoteca Lux, una de las más "chic" de la ciudad, y ambos locales a orillas del Tajo.
La caída del telón del último concierto de Lisboa marca el fin de la gira Re-Invention, después de 56 conciertos a los que se calcula que han asistido unos 900,000 espectadores.
