Esplugues de Llobregat (España), (EFE).- Un hombre de 46 años mató a su madre en 2002 y desde entonces la mantuvo en cal viva en el piso que compartían en Esplugues de Llobregat (Barcelona, noreste de España), en venganza por los maltratos y vejaciones a que ella le sometió desde su infancia, según ha confesado.
Enrique R.S., quien fue detenido esta madrugada, hizo creer que su madre, de 70 años, estaba ingresada en un geriátrico ante la preocupación de familiares y vecinos por no tener noticias de ella desde hacía más de un año.
Una denuncia presentada por la hermana de la víctima puso a la Policía tras la pista del presunto matricida, quien, después de repetir a los agentes que su madre estaba en una residencia, acabó derrumbándose y confesando el crimen.
El presunto homicida explicó a la Policía que clavó a su madre un cuchillo en la nuca en noviembre de 2002 y que, desde entonces, conservaba el cadáver en su piso, aunque días después de la muerte decidió taparlo con cal para evitar que el olor alertara a los vecinos.
El hombre, único hijo de la fallecida, confesó a los agentes que había matado a su madre -una mujer de fuerte carácter que regentaba un prostíbulo en Barcelona- en venganza por los maltratos físicos, vejaciones y humillaciones a que ella lo había sometido desde niño.
La Policía investiga en círculos relacionados con el mundo de la prostitución para determinar si el detenido fue obligado a participar en prácticas sexuales desde su infancia.
Sin embargo, el desencadenante del crimen parece que fue una discusión económica, ya que la madre tenía ahorrados más de 41 millones de pesetas (correspondientes a unos 245.000 euros, 300.000 dólares) que se negaba a compartir con el hijo y no le facilitaba la cantidad que él le exigía para cubrir sus gastos.
El detenido, quien será sometido a pruebas psiquiátricas para averiguar si sufre algún trastorno mental, llevaba últimamente, un nivel de vida muy elevado y pasaba las horas bebiendo de bar en bar, según los vecinos.