El País
Madrid, España.- Manu Chao (París, 1961) sigue fiel a sí mismo. El ex cantante de Mano Negra (www.manuchao.net) ha dado un nuevo paso en su carrera en solitario. Tras concluir su contrato con Virgin ha creado su propio sello. El músico ha publicado este mes en Francia el disco-libro Sibérie m?était contée (Siberia me era contada) con 23 canciones nuevas en francés y una historieta del dibujante Wozniak, de más de cien páginas, que se vende en las librerías de ese país, pero que, por el momento, no se comercializará en España.
Sibérie m?était contée descubre una faceta del músico más intimista, en la que, con voz espléndida, parece acercarse a la chanson.
Manu Chao sigue viviendo a caballo entre Barcelona, París y Brasil, pero no es fácil localizarle, incluso para su propio manager, cuya oficina se encuentra en la capital francesa. Él prefiere que sea así. Su filosofía pasa por tratar de pasarlo bien en la vida y si es posible nunca enfadarse con nadie.
En estos días, rueda en Barcelona varios videoclips de Sibérie m?etait contée con el dibujante polaco Wozniak, ilustrador de Le Canard Enchaîné y colaborador de varios medios de prensa franceses, pero no quiere saber nada de promoción, lo que no supone ninguna novedad en su trayectoria. Una conferencia de prensa en París coincidiendo con la salida del disco-libro y vuelta a las calles.
Chao sigue reinventándose a diario. Sibérie m?était contée supone una nueva concepción artística. Hace tiempo, que su padre el periodista Ramon Chao, le regaló una botella de vino con un dibujo en la etiqueta diseñada por su amigo Wozniak. El flechazo fue mutuo.
En septiembre lanzaron una primera parte del trabajo que ahora se ha publicado en Francia, pero con menos páginas y con seis canciones.
Los 70.000 ejemplares lanzados entonces se vendieron en los quioscos por expreso deseo del músico que quería darse el gusto de estar junto a los periódicos y se agotaron en pocos días. La versión completa se vende ahora en las librerías y se ha realizado una edición de 150.000 copias. Salió a la venta hace apenas un par de semanas y ya ocupa los primeros lugares de la lista de libros más vendidos en ese país junto al Código da Vinci. Una operación de marketing redonda.
Sibérie m?était contée se grabó en lo que él llama su ?cocinita?, con todos los amigos que iban pasando por la casa, entre otros Roy Paci, el de La Banda Irónica, y Miguel Rosario, pero tiene poco que ver con ese rollo pelín guerrillero que acompaña canciones como Clandestino, uno de los himnos del movimiento antiglobalización, para abrazar estados más intimistas con letras que hablan del invierno, de calles parisienses mojadas, de canutos fumados con su hermano al calor de una gasolinera o de la muerte del cantante de Les Negreses Vertes.
Además de su estupenda voz, en Sibérie m?était contée destacan la guitarra y el acordeón y se hace patente la presencia de París, su Siberia particular, una ciudad donde, según ha contado, las relaciones humanas escasean.
Wozniak, por su parte, se adapta con trazos infantiles a los textos de Chao con unos dibujos coloristas en los que mezcla pingüinos con don quijotes, personas que transportan coches, atascos, coches policiales, tiovivos y muñecotes.