SANTIAGO DE CHILE.- El médico personal de Diego Armando Maradona, Alfredo Cahe, reconoció en declaraciones a la prensa chilena que el astro argentino perdió su lucha contra la cocaína y descartó que ?El Pibe de Oro" sea adicto a otras drogas.
En entrevista con el vespertino chileno La Segunda, el galeno señaló que Maradona "luchó constantemente contra su adicción. No fue un consumo constante y continuo porque él quería, siempre, seguir jugando al futbol".
Consultado por qué el ex seleccionado no logró superar su adicción a la cocaína respondió que "dicho de Diego Armando Maradona: ?es muy fácil hablar de afuera. Hay que estar adentro. Una vez que estás adentro búscame la manera de salir?".
Cahe, de 60 años, aseguró que, en el caso de las adicciones, en el mundo actual hay que intentar "un programa polifacético. Pero cuando no se puede a veces hay que ayudar médicamente al paciente a vivir con esto, con la menor adicción posible".
Maradona está desde el pasado domingo en la Unidad de Cuidados Críticos de la Clínica Suizo-Argentina, donde fue internado aquejado de una infección pulmonar que le generó una hipertensión arterial y puso a prueba el funcionamiento de su corazón.
El Pibe de Oro registró durante la semana una mejoría ascendente, lo que permitió a los doctores que lo atienden retirarle ayer el respirador artificial y lo dejaron sólo con apoyo de oxígeno mediante una mascarilla.
El cardiólogo y neurólogo puntualizó que fue el propio "Diez" quien tomó la determinación de someterse a un tratamiento en Cuba para dejar la cocaína, país donde vive desde hace cuatro años, ya que tomar ese camino "no era una obligación médica".
"La fama trae esto. No sé cómo va a continuar la vida de Diego, pero sí sé cómo va a seguir la vida de todos los que lo queremos, ayudando constantemente y es un grupo de amigos coherentes que hemos estado toda la vida", indicó.
Recordó que cuando Maradona tuvo una crisis hipertensiva en Uruguay, en 2000, "apareció el sentido filosófico de la personalidad de Diego (...) y un poco el sentido socialista", razón por la cual decidió internarse en La Pradera, en Cuba.
Dejó entrever que, seguramente por su inseguridad social y emotiva, Maradona se sintió más protegido en La Habana, donde podía caminar perfectamente, sentarse a tomar un café o andar cerca de las playas "porque para los cubanos él es uno más".
Puntualizó que Maradona sólo es adicto a la cocaína ya que "nunca le gustaron las diferentes variantes" de esa droga, tras lo cual afirmó que su actual obesidad, pesa 108 kilogramos, se debería a que el astro argentino "está en una abstinencia total".
El facultativo reconoció que recientemente el ex jugador argentino "había mejorado notablemente en la parte cardiovascular e hipertensiva, que es producto del sobrepeso que tenía últimamente y de la genética familiar".
Recordó que Maradona no tenía problemas para jugar golf entre seis y ocho horas diarias, incluso de madrugada con un tipo de pelotas fosforescentes y puntualizó que no ingiere alcohol ni fuma tabaco, aunque "es adicto a la coca cola, o sea, a las gaseosas".
Respecto al actual estado de salud del llamado "Dios" del futbol, detalló que se encuentra con un sueño profundo, con antibióticos y con terapia intensiva para superar una infección pulmonar, la cual le complicó su actividad cardíaca.
En cuanto al origen de su última crisis, dijo que Maradona jugó golf la noche del sábado y la madrugada del pasado domingo y que durmió una o dos horas con el aire acondicionado de su habitación encendido.
El domingo pasado, a la hora del almuerzo, "estaba con alta temperatura, tiritando y con una especie de convulsión generalizada (...) pude comprobar que parte de la ingesta se había ido hacia la parte respiratoria", lo cual complicó su estado de salud.
Cahe recordó además que conoció a Maradona cuando el jugador tenía 16 años, llegó a su consulta con su representante aquejado porque se le doblaban los tobillos, razón por la cual le recetó vitaminas y calcio.
Tras lo cual se convirtió "poco a poco" en médico de la familia Maradona y "nació una relación médica y de amistad. Diego nunca se olvidó de los amigos (...) muy pocos conocen su personalidad tímida, vergonzosa y humilde".
"Nunca supo exactamente qué es lo que ganaba ni qué es lo que gastaba. Él confía", puntualizó Cahe, quien afirmó que varios medicamentos le mandaba (de Argentina) a Cuba.
Entre ellos se encuentra un "antidepresivo tricíclico de última generación" que se lo recetó por lapsos cortos para sus estados de melancolía.
