POR MARTÍN CHÁVEZ CHÁVEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La avenida Bravo, una de las arterias más largas que cruza la ciudad desde el bulevar Independencia hasta el periférico Raúl López Sánchez, es también una de las más descuidadas: pozos, baches, zanjas que atraviesan la calle, tramos desnivelados que convierten el recorrido en toda una aventura, sobre todo a partir de la calzada Saltillo, pueden apreciarse.
El Siglo de Torreón realiza un recorrido en esta rúa. El “tour” inicia en el crucero de Bravo y calle 30 en un amplio tramo de carpeta asfáltica deteriorada; a partir de ahí y hasta la 32 se observa un esfuerzo de la autoridad municipal por mejorar el terreno, trabajo reciente de repavimentación, pero sólo en un segmento, el cual culmina con un montón de grava y chapopote en una esquina.
Al continuar se aprecian bordos y baches hasta la calle Ramón Méndez, ya en terrenos de la colonia Nuevo Torreón. Fallas y necesidades acompañadas de tramos desnivelados se observan, sobre todo al lado de conocida empresa cervecera hasta llegar a la calzada Saltillo 400, donde de la México inicia la colonia Villa California.
Precisamente en esta confluencia inicia la parte más dañada de la Bravo, donde hace poco recarpetea-ron, pero al poco tiempo reaparecieron los baches y se cuentan siete en un pequeño espacio antes de llegar a la calle Punta Chilena: pozos cubiertos con tierra que terminan en la calle Padre Quino.
En la esquina de la Bravo y privada Puerto Rico, el reportero entabla diálogo con un vecino de la colonia que desde la cochera de su casa aprecia el triste panorama del lugar. “Vienen, remiendan y al poco tiempo se abre otro pozo. El trabajo de estas personas termina cuando dejan el montón de tierra en el camellón central”. Efectivamente se puede observar el señalamiento.
El vecino asegura que tiene viviendo en esa casa más de siete años y desde entonces permanecen frente a su hogar 17 baches, algunos que los mismos habitantes cubrieron con tierra, pero sólo duraron unos días.
El poblador, cuya vivienda se encuentra en los límites de las colonias Aviación y Nuevo California, reclama que a pesar del pésimo estado en que se encuentra el pavimento, aún así les cobran por la conservación del mismo. “Pago 45 pesos por este servicio que no tenemos”, alega.
De nuevo en el recorrido se detectan grietas sobre el pavimento en la calle Nueva California de la colonia del mismo nombre y desde ahí hasta la Mazatlán se cuentan diez zanjas, algunas débilmente protegidas.
En ese momento se observa una Unidad de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), circula en zig-zag por la que debe ser la vía más rápida para llegar a esa corporación, ubicada en Periférico esquina con la avenida referida, pero debido a los hoyancos aquí existentes se ven orillados a reducir considerablemente la velocidad.
A partir de la calle Buena Vista, la cantidad de baches disminuye, pero el panorama siguiente son los montones de basura y la hierba seca crecida a los lados de la carpeta de asfalto hasta llegar al Periférico.
Otro de los vecinos de la colonia, Cuauhtémoc López, considera incongruente el estado actual de la Bravo no obstante su importancia, pues une algunas vías de abundante flujo como la que conduce al aeropuerto Francisco Sarabia o bien a la Rovirosa Wade, la México y hasta el Periférico y sobre todo que debe permitir la rápida llegada de las unidades de la DSPM a la zona centro de la ciudad.
Lo “positivo” de esta arteria es que no hacen falta bordos de protección, ni vibradores o señalamientos de “disminuya su velocidad”, ya que el estado pésimo de la carretera, obliga a los automovilistas a circular con mucho cuidado y despacio.
