Marco Antonio Solís compensa la espera de los laguneros con sus mejores temas.
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Marco Antonio Solís no quiso hablar con los medios porque “no tenía nada qué decir”, pero sus fans, los que casi abarrotaron el palenque Vicente Fernández, ansiaban tenerlo cerca para expresarle todo lo que sienten por él...
Y como, toda “estrella” se dio a desear. No se conformó con iniciar su concierto 20 ni 30 minutos después de lo pactado, sino una hora y media más tarde. Las aproximadamente cinco mil personas que asistieron ya estaban desesperadas, incluso unían sus voces para aclamar al intérprete, sin obtener resultado.
Pero la impaciencia quedó atrás cuando en punto de la 1:30 de la madrugada del domingo, teniendo como fondo el tema Si no te Hubieras Ido, apareció en el redondel. Sí, era “El Buki”, el hombre de largo cabello y barba cerrada que durante más de dos décadas ha hecho suspirar a la gente con sus románticas canciones.
Para entonces ya estaban en sus lugares los 11 músicos de la orquesta y las tres coristas que durante toda la velada bailaron y cantaron sin parar; ellos fueron parte fundamental del espectáculo, pero simple y sencillamente el dueño y señor del redondel fue Marco Antonio Solís.
Acepto mi Derrota y Quiéreme iniciaron con el amplio repertorio; las añejas vivencias comenzaban a tomar vida y los amores del pasado a resurgir. Un joven sentado en el área de Preferente B se tocaba el rostro de manera desesperada como si las composiciones del artista fueran sal cayendo sobre sus heridas, las cuales dolieron más al empezar El Peor de mis Fracasos.
“Buenas noches, gracias por esta recepción”, dijo provocando que la fanaticada se le entregara sin reservas. Desafortunadamente, muy poco se le entendía al momento de hablar y es que el volumen de su micrófono era mucho menor que los que tenían los instrumentos.
Sin duda, el michoacano dejó “trozos de su alma” tras interpretar Mi Eterno Amor Secreto, Y Ahora te Vas, Sigue sin Mí, Cómo Fui a Enamorarme de Ti y Si te Pudiera Mentir, incluso “se aventó un zapateado” en Morenita pese a caracterizarse por ser un artista más “recatado”.
Pero las que no tuvieron pudor alguno fueron algunas de sus fans, desde las alturas le gritaban ansiosas de conseguir siquiera una mirada. “¡Chiquito! ¡Papacito!”, decían, provocando que algunas personas dijeran que se estaban desbaratando.
Y es que durante las dos horas que duró el show, no hubo momento que el palenque quedara en silencio; el público coreó a todo pulmón canciones como Chiquilla Bonita, Qué Pena me Das, Prefiero Partir y Necesito una Compañera.
A las 2:57 horas, el ya enardecido público se desbordó en emociones cuando apareció el mariachi. Del guitarrón y las trompetas salieron las notas de Mi Viejo San Juan y La Venia Bendita, esta última logrando que algunas de las parejas no aguantaran la tentación y se pusieran a bailar en los reducidos espacios que había entre las filas.
El concierto llegó a su fin con O me Voy o te Vas, pero los asistentes no estaban dispuestos a regresar a sus hogares sin escuchar Si no te Hubieras Ido, haciéndolo regresar. Al terminar, “El Buki” se introdujo al túnel que lo lleva a los camerinos, pero la gente “seguía esperando” y lo hizo volver con Te Sigo Esperando.
Pobres y ricos; torreonenses, gomezpalatinos y lerdenses acompañaron a “El Buki” por un recorrido por su historia musical, el cual están dispuestos a volver a transitar siempre y cuando su guía sea Marco Antonio Solís.
Se deja querer
Aunque no contó con un lleno total, después del de Juan Gabriel, el concierto de “El Buki” fue el que registró una mayor entrada.
-Inicio: 1:30 horas.
-Fin: 3:30 de la mañana.
-Número de canciones: 27.
-La más bailada: Viva el Amor.
-La más cantada: Tú Cárcel.
-La esperada: Si no te Hubieras Ido.
-El detalle: Solís besó algunas de las rosas que le aventaron al ruedo, antes de colocarlas sobre una pequeña mesita que tenía cerca.
-Lo malo: que el volumen de su micrófono era más bajo que los que tenían los instrumentos, provocando que se le entendiera poco de lo que decía cuando interactuaba con la gente.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
