Durango

Margina el Gobierno a los minusválidos

Citlalli Zoé Sánchez

Dependencias federales, estatales y municipales carecen de rampas para que personas con capacidades diferentes puedan acceder a ellas.

El Siglo de Durango

En su silla de ruedas, Ernesto Félix de la Cruz pide el auxilio de las personas en la calle 5 de Febrero. Ve cómo pasa la gente entre las compras diarias, el trabajo, los estudiantes. Un pequeño bote está siempre en espera de que alguna moneda resuene en su interior.

No tiene un empleo formal, sólo vive de la caridad de los habitantes, pero él, al igual que un importante número de duranguenses, tiene la necesidad de gestionar algunos apoyos ante los diferentes órdenes de gobierno; sin embargo, eso no es tan sencillo.

Y es que los edificios dedicados a albergar las oficinas de varias dependencias carecen de una estructura adecuada para que personas discapacitadas como Ernesto, o bien, con muletas, prótesis e incluso adultos mayores puedan transitar libremente.

“Una vez fui a pedir apoyo a la Presidencia Municipal porque se me cayó un cuarto de mi casita, pero desde la entrada está difícil porque hay un pequeño escalón. Luego anduve en varias oficinas para ver en dónde me podrían ayudar y sólo me dijeron que fuera al segundo piso”, cuenta.

De esta forma, con la poca conciencia de las secretarias o de alguna persona que lo apoyara, dice que “sólo se quedó mirando pa’ arriba” y en vista de que sería imposible llegar al lugar designado, optó por retirarse.

“Ya después mandé mejor a mi mamá a hacer la petición, porque uno solo no puede, requiere que alguien lo auxilie”, destacó el duranguense, quien opina que hace falta una oficina especial para los discapacitados, de tal forma que les puedan dar respuesta a todos sus trámites sin que los manden de un lugar a otro.

Para que un ciudadano pueda tocar a la puerta de la oficina del presidente municipal, en total requiere subir 45 escalones, mismos que son muy estrechos y debido a la importante afluencia que transita por ellos algunos están desnivelados. Así que si una persona sana pero con mala condición física llega agitada al piso superior, los ancianos también sufren algunos estragos con el ascenso, el cual debe ser muy lento.

Caso similar ocurre en el Palacio de Gobierno, pues debido a la estructura antigua del edificio, no hay otra forma de ascenso que las escaleras. Son 33 escalones los que deben subir las personas interesadas en arribar al despacho del Gobernador del Estado.

Si bien es cierto que en el inmueble del Congreso del Estado existen varias adecuaciones para que las personas discapacitadas accedan a la sala de sesiones, las oficinas de los legisladores están en la parte superior, así que también deben recurrir a los intermediarios para expresar sus peticiones o necesidades.

Lo mismo ocurre en el inmueble del Tribunal Superior de Justicia y aun en los edificios más recientes; es complicado ir a realizar trámites en pasillos estrechos, oficinas con mucha gente y el constante ir y venir para lograr un solo trámite.

“Yo creo que está muy mal que no piensen en nosotros, pues no nos dan la oportunidad de expresarnos ante los diferentes gobernantes; nosotros también tenemos derecho”, finalizó Ernesto mientras pedía dinero a la gente que caminaba por la céntrica calle.

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