PANAMÁ, PAN.- El estelar taponero de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, regresó ayer a la "Gran Manzana" para integrarse a su equipo tras asistir en Panamá al funeral de dos familiares de su esposa que murieron electrocutados en su casa.
Rivera, poco antes de partir y después de participar en la ceremonia religiosa y el entierro de sus dos parientes, dijo a la prensa que le tocó vivir "horas difíciles" a raíz de esta tragedia.
Sin embargo, el encargado de mantener las victorias de los Yanquis de Nueva York señaló que ?tenemos que seguir adelante, no podemos hacer nada, y sólo dar gracias a Dios por los que estamos".
Al conocer del suceso, el lanzador panameño, en compañía de su esposa Clara, prima de los fallecidos, se trasladó a Panamá desde Nueva York el pasado domingo, un día después que su equipo calificó para disputar el título de la Liga Americana ante los Medias Rojas de Boston.
El sábado pasado, Víctor Ávila y su hijo, el niño Víctor Leonel Avila, murieron electrocutados en la piscina de la lujosa residencia que Rivera tiene en su natal Puerto Caimito, unos 40 kilómetros al suroeste de la capital, sobre el Océano Pacífico.
Las primeras versiones indican que, en el confuso incidente, Víctor Leonel topó con un cable de electricidad que rodeaba la piscina, electrocutándose, lo mismo que su padre al querer auxiliarlo.
El suceso se produjo el mismo día en que Rivera se convertía, de nuevo, en figura decisiva de los Yanquis para derrotar a los Mellizos de Minnesota y calificar a la serie final de la Liga Americana.
Mariano Rivera regresó a Nueva York en un jet que el equipo neoyorquino puso a su disposición y que lo recogió en el Aeropuerto Internacional de Tocumen.
Los Yanquis de Nueva York, que tienen la ventaja de campo, comenzaron ayer una serie ante los Medias Rojas, en la que el ganador de cuatro de siete partidos se llevará el título de la Liga Americana, para luego disputar la serie final de beisbol ante el campeón de la Liga Nacional.