EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La promoción de la cultura en la Comarca Lagunera no sólo es cuestión de presupuestos, sino de gestiones entre organismos, instituciones e Iniciativa Privada. El papel de las autoridades culturales en la región no sólo es de administración, sino de gestoría.
Es cierto que las cantidades asignadas a la cultura son pocas, no sólo por parte de las autoridades del Gobierno Federal, sino Municipal y Estatal. Y es poco porque las demandas son muchas; así pues, el dinero destinado a esta área resulta insuficiente.
Ana Sofía García Camil, directora del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna, afirma: “A lo mejor de un 100 por ciento de los eventos realizados u organizados por nosotros, sólo el 30 de éste no se logró concretar, pero es que hay veces que nos piden más dinero del que podemos ofrecer”.
La imposibilidad es el punto. Traer a La Laguna conciertos, exhibiciones, exposiciones u otras manifestaciones culturales reconocidas nacional e internacionalmente tiene sus bemoles. El objetivo de la mayoría de las autoridades es administrar sus recursos, para dar cobertura al mayor número de peticiones de los artistas locales y foráneos.
Es por ello que en ocasiones, los promotores de la cultura tienen que “decir no” a algunos proyectos que sobrepasan las expectativas económicas de las instituciones.
En la actualidad, hay cientos de artistas en la región que solicitan y hasta exigen apertura a sus creaciones, para que éstas puedan ser mostradas al publico. Por esta razón solicitan lugares, difusión y en ocasiones, algo más: un brindis, aperitivos para los asistentes, trípticos, entre otros.
Sin embargo, tampoco se puede soslayar el hecho de que el dinero es importante. Muchas de las instituciones culturales de la región, gastan un porcentaje considerable en la nómina laboral, en el mantenimiento de sus instalaciones y sólo sobra una cantidad menor para el fomento de las artes.
Alberto González Domene, titular de la Dirección Municipal de Cultura (DMC) de esta ciudad, aplica su criterio para dimensionar sus expectativas: “Necesitamos dinero para aumentar las actividades que realizamos el año pasado. En 2003 recibimos un millón 140 mil pesos, sin considerar nómina y gastos generales como convenios”.
Cómo mínimo, la DMC pide que se le asigne el doble “porque las necesidades son muchas, creemos que necesitamos eso para mejorar el papel desempeñado el año anterior, para promover la música, las artes plásticas, danza, teatro, literatura y todo tipo de conferencias y artesanías”.
Pero el dinero no lo es todo. Yeye Romo, titular de la Dirección Municipal de Cultura de Gómez Palacio, admite que “nosotros somos más que nada promotores de la cultura. Somos gestores. Tenemos que apoyarnos en otras instituciones y organismos para llevar a cabo eventos de calidad”.
La clave para que hasta la fecha sigan llevándose a cabo actos culturales en la región, parece ser sólo una: “Poder combinar actividades con otras instituciones para poder eficientar los recursos”, reconoce Laura Eraña, directora del Teatro Isauro Martínez (TIM).
En 2003, el Patronato del TIM gastó “600 mil pesos en mantenimiento, un millón y medio en eventos culturales, 350 mil pesos en obras y medio millón de pesos concernientes a las adecuaciones hechas al teatro”.
Una de las ventajas que ha tenido el Patronato del teatro es que “de alguna forma las actividades que hemos hecho han sido autosuficientes; podríamos decir que entre un 25 ó 20 por ciento de esto es subsidiado”.
Por su parte, la directora del Icocult a nivel estatal, Rosa del Tepeyac Flores Dávila, admite que en el presupuesto anual de esta dependencia se recibe de manera aproximada por año 48 millones de pesos, precisando que en esta administración el incremento del mismo ha alcanzado el 25 por ciento.
Aunque la cantidad recibida pudiera parecer suficiente, Del Tepeyac Flores reconoce que “el presupuesto de cultura es escaso, no nada más en el Estado de Coahuila, sino a nivel Federal, porque el papel que la cultura juega en el desarrollo social ha ido ganando fuerza, pero falta el reconocimiento de la sociedad y a medida de que esto se dé, la inversión aumentará”.
En los últimos años de esta década, las actividades culturales ya no sólo están limitadas al área urbana de la Comarca Lagunera, sino que se han extendido a la rural, provocando que los gastos también se aumenten por costos de traslados y otros aspectos.
Gastos
En cada una de las dependencias municipales, estatales o federales se manejan presupuestos diferentes. En el ámbito cultural, contar con los recursos necesarios para llevar a cabo diversas actividades representa una conjunción de esfuerzos entre la Iniciativa Privada y otros organismos.
En Gómez Palacio, la Dirección Municipal de Cultura no tiene presupuestos asignados para cada inicio de año; tampoco se tienen las cifras exactas de lo que se erogó en 2003. Yeye Romo, titular de esta dependencia, asegura que lo único que se hace es “tener un proyecto al inicio de cada año”.
“De acuerdo al costo del plan que tengamos, se consigue el dinero o apoyo de la Iniciativa Privada, de la ciudadanía en general; en el caso de nosotros, también de las distintas embajadas”.
En la Casa de la Cultura de esta misma ciudad, la situación es un poco diferente en cuanto a presupuestos: “La SEP (Secretaría de Educación Pública) paga una parte de la nómina y la otra la cubre el Gobierno del Estado. El dinero se invierte en el manejo de la cultura e iniciación artística”, admite Rosina Guerrero.
El monto que manejan de egresos y egresos tampoco pudo proporcionarse, sin embargo, se aseguró que es el mismo del año pasado. No se tienen otras fuentes de ingresos, más que el cobro de los talleres, de los cuales el 60 por ciento de lo que paga el alumno es para el maestro y sólo el 40 restante para la Casa de la Cultura.
En Ciudad Lerdo es similar, según explica el director de la Casa de la Cultura Francisco Zarco, Alfredo de Alvarado Guerrero, el Gobierno del Estado se hace cargo de la nómina al igual que en Gómez Palacio, el único ingreso extra es el de las clases.
DINERO DEL ESTADO
Rosa del Tepeyac Flores Dávila, directora del Icocult a nivel estatal, explica que esta institución cuenta con un presupuesto anual de aproximadamente 48 millones de pesos.
-Detalla que en esta administración más o menos ha habido un incremento del 25 por ciento respecto a la anterior: “Y eso solamente en cuanto a programas, habría que contar aparte lo que se ha invertido en centros culturales, en concesión de teatros, de casas de la cultura, entre otros”.
-Afirma que “hemos ido avanzando, naturalmente que todavía el presupuesto de cultura es escaso, no nada más en el Estado de Coahuila sino a nivel Federal, porque el papel que la cultura juega en el desarrollo social ha ido ganando fuerza poco a poco, pero falta todavía el reconocimiento de toda la sociedad y a medida que esto se dé, claro que la inversión va a ir aumentando”.
-Aunque dice no contar con el dato exacto de las cifras que se asignan a cada Municipio, porque habría que cuantificar lo que se refiere a servicios personales, suministros y materiales que no se invierten directamente en difusión y promoción de las artes, se trabaja en estos indicadores: “Queremos saber cómo se ha ido descentralizando el presupuesto”.
-Con respecto al presupuesto total, dice que no todo se aplica en programas, “porque ahí hay que quitar la parte del mantenimiento de los edificios, de la custodia, del personal, de lo que queda hay muchísimos programas que aterrizan en la ciudad de Torreón”.
-Prácticamente todos los programas aterrizan en cada uno de los Municipios y -agrega- que interesa mucho el análisis presupuestal del Instituto “para ver qué tanto hemos ido avanzando”.
-“Cuando nosotros iniciamos esta administración Torreón no tenía ningún presupuesto, ahora si tiene un presupuesto anual que se le asigna”.
-Ciudades como Saltillo y Torreón ya están sobre atendidas, están las presidencias municipales que tienen recursos, hay muchas asociaciones que le invierten, “más bien nuestra preocupación va por el lado de las ciudades pequeñas, que el Municipio no tienen capacidad y la sociedad no tiene el nivel de desarrollo para aportar”.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
