ESTIMACIONES| CRECERÁ LA DEUDA MUNDIAL EN 2005
El endeudamiento barato impulsa la economía internacional
Agencias
WASHINGTON, EU.- El endeudamiento barato a largo plazo fue la razón por la cual la economía mundial no se descompuso este año, pero el riesgo de su repentina desaparición podría hacer que el panorama optimista para 2005 se desmorone.
En medio de las innumerables influencias sobre la economía mundial, es difícil sobreestimar el rol crucial que han tenido las persistentemente bajas tasas de endeudamiento a diez años de Estados Unidos, al impulsar la más rápida expansión mundial en tres décadas.
Las familias estadounidenses han sido una vez más las grandes impulsoras de la economía mundial, disparando la economía doméstica y generando una aparentemente insaciable demanda de productos de los países exportadores mundiales, cuyos propios consumidores domésticos siguen siendo cautelosos.
Pero, además de mantener el financiamiento barato para los bienes duraderos como los automóviles, las bajas tasas de interés a largo plazo generaron el auge de la vivienda en Estados Unidos, que llevó a un incremento de 20 por ciento en los índices nacionales de precios de las casas en el tercer trimestre de este año.
Se frena el ahorro
Los expertos creen que este sentimiento de mayor riqueza es la primera razón por la cual los consumidores de Estados Unidos prácticamente han frenado cualquier ahorro de sus ingresos después de impuestos.
Economistas de Merrill Lynch dijeron que el auge del mercado de la vivienda disparó este año una de las mayores caídas en el ahorro de la historia.
Estiman que la reducción de 70 mil millones de dólares en el flujo de ahorros, solo durante el tercer trimestre, sumó más de dos puntos porcentuales al crecimiento del Producto Interno Bruto durante esos tres meses.
La persistencia de tales tasas bajas a largo plazo en un año de rápido crecimiento y alzas en las tasas de interés por parte del banco central ha dejado perplejos a muchos.
Mark Cliffe, economista jefe de ING Financial, apodó el desempeño del mercado de bonos de este año como “el misterio del gran pesimista”.
“Lo que vuelve misteriosa a esta historia es que el crecimiento económico estuvo en línea con las expectativas y con una inflación sustancialmente más alta”, dijo. “El argumento se hace más fuerte si consideramos que el dólar estadounidense estuvo débil y los precios del petróleo mucho más altos de lo previsto”.
Pese a las inclementes condiciones para los bonos, los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, referentes para el endeudamiento en dólares de los países y empresas alrededor del mundo, terminarían 2004 en niveles más bajos que en 2003.
Un sondeo entre expertos del mercado que se realizó hace un año arrojó que para esta fecha las tasas a diez años serían de 5.10 por ciento. Pero a 4.20 por ciento, las tasas están casi un punto más bajas.
Más confuso es que las tasas de largo plazo finalizarán el año a la baja pese a los cinco incrementos de un cuarto de punto porcentual realizados por la Reserva Federal desde junio, los cuales llevaron las tasas oficiales a 2.25 por ciento.
Las proyecciones del año pasado señalaban que para esta época las tasas de la Fed estarían medio punto por debajo de esa cifra. Las tasas también se mantienen bajas frente a la creciente deuda nacional y la posibilidad de que el presidente George W.
Emisión de bonos
Bush pueda emitir billones de dólares en bonos para financiar los costos de transición asociados con la privatización parcial del sistema de seguridad social.
Desde la perspectiva de la colocación de activos, las acciones parecen más atractivas. Las acciones a nivel mundial subieron 15 por ciento este año.
Sin embargo, las tasas a diez años todavía están 2.5 puntos porcentuales por debajo de los niveles de comienzos de 2000, y al menos a la mitad de hace diez años.
Hay muchas razones para esto. Estas incluyen la credibilidad de la Fed y las expectativas de una inflación controlada; una modesta creación de empleo y un enérgico crecimiento de la productividad; los persistentes riesgos geopolíticos que impulsaron la demanda de activos “seguros”; y la crisis de los precios del petróleo, la cual fue vista más como un impuesto al crecimiento que como un agravante de la inflación.
Pero el completo predominio de cerca de media docena de bancos centrales extranjeros, principalmente los de Japón y China, al comprar bonos estadounidenses como una manera de guardar los dólares acumulados por las intervenciones a la moneda, hace de ellos los más sospechosos de tener la culpa.
Estos bancos centrales compraron hasta 300 mil millones de dólares en bonos solo este año, financiando cerca de dos tercios del total del actual déficit presupuestario de Estados Unidos, debido a que emprendieron una enérgica batalla para evitar una caída del dólar que minara a las economías que dependen de las exportaciones.
Algunos expertos dicen que esta demanda adicional de bonos del Tesoro, la cual no tuvo que ver con el valor del mercado o las perspectivas económicas, ha reducido los rendimientos a largo plazo en hasta dos puntos porcentuales.
Y consideran que es sólo cuestión de tiempo antes de que los bancos centrales extranjeros, preocupados por la excesiva concentración de sus tenencias en deuda de Estados Unidos, reduzcan sus compras de dólares y bonos del Tesoro.
Mientras tanto, el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos, de más del cinco por ciento del ingreso nacional, está acumulando presión sobre el dólar.
Buscan reanimar al dólar
A medida que el dólar cae y los bancos centrales, incluidos los de Japón y Corea del Sur, moderen su batalla para animar al dólar, la demanda de bonos puede menguar y hay un riesgo real de un repunte de las tasas a largo plazo.
“La economía de Estados Unidos, con un escaso ahorro y dependiente de los activos, necesita tasas de interés reales más altas para moderar el exceso de consumo”, escribió la semana pasada el titular de economía global de Morgan Stanley, Stephen Roach.
“En la medida que una nueva caída del dólar impulse tal ajuste, Estados Unidos habrá dado un paso importante en el camino hacia el reequilibrio mundial”.