Un campo de refugiados al oeste de Burundi fue el blaco de los rebeldes de las Fuerzas Hutu quienes aseguraron que su objetivo era puramente militar.
14 de agosto de 2004
GATUMBA, Burundi, (Reuters) - Rebeldes hutu y sus aliados armados con pistolas y machetes mataron al menos a 159 personas en "un plan de genocidio" en un campo para refugiados congoleses tutsi en el oeste de Burundi, dijo el sábado un portavoz del ejército.
Las Fuerzas Hutu para la Liberación Nacional (FNL) reivindicaron la responsabilidad por el ataque del viernes en la noche, diciendo que trataban de alcanzar un objetivo militar cerca del campo. Burundi tiene un campamento militar a unos 500 metros del campo de refugiados.
Pero el ejército de Burundi dijo que el ataque estaba destinado deliberadamente a matar a los refugiados en su campo y no fue un ataque contra la base militar.
Seis cadáveres de refugiados que habían sido secuestrados y después asesinados fueron recuperados cerca del campo, dijo.
Más de 150 muertos
Isabelle Abric, portavoz de la misión de las Naciones Unidas para Burundi, dijo que 153 personas habían muerto en el campo, y 30 de las que habían sido trasladadas a un hospital podían haber fallecido. Dijo que la ONU estaba enviando un equipo de expertos al hospital para comprobar si habían muerto.
Algunos refugiados dijeron que el ataque fue planeado, y citaron panfletos anónimos que circularon esta semana pidiendo la muerte de los banyamulenge: término para la mayoría de los refugiados congoleses tutsi.
El presidente de Burundi, Domitien Ndayizeye, vistió el campo de Gatumba de la agencia para los refugiados de la ONU, que está próximo a la ciudad de Uvira, en el este de la República Democrática del Congo y que alberga a entre 2 mil 500 y 3 mil banyamulenge. "Esto es increíble, nunca había visto esto antes", dijo Ndayizeye.
Agregó que si los atacantes eran del Congo, Burundi adoptaría "serias medidas" no especificadas contra ellos.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, también condenó el ataque.
Escondite
Miles de refugiados banyamulenge se han escondido en los campos de refugiados de Burundi dirigidos por ACNUR tras huir de la República Democrática del Congo en los últimos meses, al decir que estaban aterrorizados ante la perspectiva de ser objetivo de las tropas gubernamentales, las milicias locales y los civiles congoleses en el este del país.
Los 3 mil a 3 mil 500 miembros del FNL son el único grupo rebelde que rechaza unirse a un gobierno de poder compartido para finalizar la guerra civil de una década de duración entre la minoría tutsi que domina políticamente en Burundi y los rebeldes de la mayoría hutu.
En la guerra han muerto 300 mil personas, la mayoría a causa de hambre y enfermedades.