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KANDAHAR, Afganistán.-Una bomba amarrada a una bicicleta mató ayer al menos a 16 personas, la mayoría de ellas niños, e hirió a docenas en esta ciudad del sur de Afganistán, subrayando la violencia que persiste en el país dos años después del derrocamiento del Talibán.
Funcionarios dijeron que la bomba habría sido colocada para estallar al paso de soldados estadounidenses o del gobernador provincial, cuya caravana estaba a punto de atravesar la zona.
Un periodista vio bicicletas destrozadas, sangre y vidrios pulverizados de un camión que había pasado por el sitio. El lugar, en el este de Kandahar, fue rápidamente clausurado por docenas de soldados afganos y estadounidenses.
Ocho de los muertos eran niños, de entre siete y 15 años, que habían estado jugando en un baldío cercano, dijo el subjefe de policía Salim Jan. Al parecer, formaban parte de una multitud que se congregó luego que ocurrió otra explosión en el mismo sitio algunos minutos antes.
“Estaba jugando al fútbol cuando escuché la primera explosión, y muchos de nosotros corrimos para ver lo que había ocurrido. Entonces, hubo una segunda explosión”, dijo Saami Jan, de 15 años mientras yacía en una cama en el hospital de Kandahar, con su rostro cortado por esquirlas y su pecho vendado.
Diez personas murieron inmediatamente. Más de 50 fueron heridas, y otros tres niños y tres adultos murieron horas más tarde en el hospital, dijeron policías y funcionarios de la provincia.
El subjefe de la policía Salim Jan sugirió que las dos bombas habrían tenido como objetivo soldados de una base militar afgana situada a unos 100 metros de distancia.
“Ellos estaban persiguiendo a un sospechoso cuando se registró la segunda explosión”, dijo.
Pero el viceministro del Interior Hilaludin Hillal dijo que era más probable que los objetivos fuesen tropas estadounidenses o el gobernador de Kandahar Yusuf Pashtun. “Ellos no le dan importancia a las tropas afganas”, dijo.
Un soldado, Amanula Popolzai, dijo que las autoridades arrestaron a un hombre que intentaba huir del lugar poco antes de ocurrir la explosión. El hombre, que parecía de origen afgano, fue capturado cuando intentaba ocultarse en una vivienda cercana.
“Esto es obra de los talibanes. El hombre parecía un combatiente talibán”, dijo Popolzai.
Jan confirmó que un hombre había sido detenido y llevado a la sede del ejército afgano para ser interrogado.
Hillal dijo que el detenido se llamaba Abdula —muchos afganos usan solo un nombre— e indicó que otro sospechoso llamado Mula Malik también había sido detenido.
En Kabul, la capital, el presidente Hamid Karzai interrumpió conversaciones con delegados que acababan de ratificar una nueva constitución, para condenar el ataque como “un acto de barbarie”.
El sur y el este de Afganistán se han visto afectados por una serie de tiroteos, secuestros y atentados con explosivos contra civiles y soldados. Los talibanes se han atribuido muchos de los ataques.
El lunes en la noche, desconocidos atacaron las oficinas de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas en Kandahar, arrojando una granada y haciendo varios disparos, pero sin causar víctimas.
