11 de febrero de 2004.
Gaza, (EFE).- Al menos 14 palestinos perdieron la vida hoy a manos del Ejército israelí en dos incursiones llevadas a cabo en la franja de Gaza, al tiempo que el grupo HAMAS y la Yihad Islámica han prometido venganza.
Doce de las víctimas mortales se registraron en el barrio Shayaía, en el este de la ciudad de Gaza, y otros dos palestinos murieron en la localidad de Rafah, en el sur de la banda autónoma, informaron fuentes hospitalarias.
El Ejército de Israel también ha herido a unos 40 palestinos en ambas operaciones, que ya han sido condenadas con dureza por los grupos Yihad Islámica y el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS).
"Consideramos lo que ha sucedido en Gaza como un nuevo crimen, que se agrega a la serie de horrendos asesinatos que practican los sionistas contra nuestro pueblo, que intenta vivir en paz y resguardarse en sus hogares", manifestó a la prensa Jaled Al Batsh, un destacado dirigente de la Yihad Islámica.
Y agregó que no sólo su agrupación sino que también todas las demás facciones palestinas y grupos armados han jurado vengar "los horrorosos crímenes", y que dicha venganza "se producirá en breve y será dolorosa".
La incursión en el barrio de Shayaía se ha cobrado la vida de doce palestinos, dos de ellos de HAMAS y un policía, y treinta heridos, según fuentes del hospital de Shifa de Gaza.
Entre los muertos se encuentra Mohamed Hilles, de 17 años, hijo de Ahmed Hiles, máximo responsable del movimiento Al-Fatah en Gaza, que vive en el barrio; y Hani Abu Sjaila, un activista islámico que había sobrevivido varios ataques israelíes, dijeron testigos.
Hani Abu Sjaila era guardaespaldas del fundador y mentor ideológico de HAMAS, el jeque Ahmed Yasín, a quien la Fuerza Aérea israelí intentó matar hace cuatro meses, cuando estaba reunido con los máximos dirigentes del movimiento en Gaza.
Una unidad de soldados disfrazados de árabes, "mistarabim", penetró al amanecer en el barrio de Shayaía de Gaza, verdadero feudo de clanes, y se enfrentó a tiros con un miembro de las fuerzas de seguridad palestina, que resultó muerto.
Testigos presenciales relataron que cuando los vecinos del barrio descubrieron la presencia de la unidad israelí, varios tanques, vehículos blindados y todoterrenos irrumpieron en el barrio y se enfrentaron a decenas de milicianos armados.
Los soldados -según las fuentes- se apostaron en los tejados de los edificios y comenzaron a abrir fuego contra los habitantes y las viviendas.
Las fuerzas israelíes continuaron en el barrio durante la mañana y se retiraron a primera hora de la tarde, tras derribar una casa en la que después fueron hallados tres cuerpos sin vida.
Fuentes militares dijeron que penetraron en la zona en busca de dos activistas de HAMAS que se disponían a perpetrar un atentado.
El portavoz del grupo integrista, Abdel Aziz Rantisi, aseveró tras la operación israelí que el primer ministro, Ariel Sharón, y su Gobierno "se van a arrepentir de lo que acaban de hacer en la ciudad de Gaza".
Y el brazo armado de HAMAS, los "Batallones de Izadín Al-Kasam" llamaron a todas las fuerzas palestinas a unirse a fin de "golpear en el centro de Israel para vengar la masacre cometida en Gaza".
Por otro lado, más de diez tanques y varios blindados efectuaron otra incursión en la localidad de Rafah, al sur de la franja de Gaza y fronteriza con Egipto, donde dos palestinos fueron abatidos por los soldados israelíes. Además otras nueve personas resultaron heridas.
El Ejército asegura que la incursión responde a la búsqueda de túneles que construyen los palestinos para introducir armas y otros pertrechos en la franja de Gaza, donde viven 1.2 millones de palestinos.
"El Gobierno israelí nunca alcanzará la seguridad para los sionistas (israelíes) y nunca podrá disfrutar de la paz mientras Sharón y su ministro de Defensa, Shaul Mofaz, continúen a la cabeza", concluyó Rantisi, quien asimismo consiguió escapar de un intento de asesinato por parte del Ejército israelí.