EFE
JERUSALÉN.- Dos milicianos palestinos murieron ayer en Gaza tras ser alcanzados por un obús disparado desde un tanque contra la localidad de Jan Yunes, después de que supuestamente abrieran fuego contra colonos israelíes que se congregaron en el lugar en el que hace una semana fueron asesinadas una mujer y sus cuatro hijas.
Los disparos efectuados por los milicianos provocaron la inmediata respuesta de los soldados y de los propios colonos, quienes también dispararon con sus armas automáticas, informó la radio pública israelí.
Según esta misma fuente, los militares identificaron en un segundo momento a los supuestos agresores, disparando al menos dos obuses de tanque, uno de los cuales dio de lleno en el blanco dentro de Jan Yunes, en el tercio sur de la franja de Gaza.
Una vez que los tanques entraron en acción, varios autobuses blindados evacuaron a los trescientos colonos que se habían congregado, que no sufrieron daño alguno, según confirmó el portavoz militar.
El incidente inicial ocurrió en la carretera que conecta el paso fronterizo de Kissufim con el bloque de colonias de Gush Katif, donde se acaba de comenzar a construir un muro de tres metros de altura para prevenir emboscadas similares a la que costó la vida a Tali Hatuel y sus cuatro hijas, dejando conmocionada a la sociedad israelí.
También ayer por la tarde, otro grupo de colonos se había personado en la sede del Tribunal Supremo en Jerusalén, donde increparon a uno de los jueces que tienen que dictaminar si el Ejército podrá o no destruir más viviendas palestinas allí donde fallecieron las Hatuel.
Después de haber derruido ya una veintena de inmuebles en la zona, los militares pretenden arrasar más viviendas que pudieran ser utilizadas como cobertura por los francotiradores.
Según la edición electrónica del diario “Jerusalem Post” los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “Un tribunal Supremo con las manos manchadas de sangre” y “La sangre de la familia Hatuel mana a la tierra”.
La policía y los servicios de seguridad del tribunal se vieron obligados a actuar una vez que los manifestantes se abalanzaron sobre el coche oficial del magistrado del Supremo Yakov Tirkel.
Por otro lado, las milicias palestinas lanzaron ayer, un cohete de fabricación artesanal modelo “Qassam” contra una comunidad del desierto del Neguev, cayendo éste en una zona despoblada y sin causar víctimas o daños materiales.