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México, DF.- El cineasta Alejandro Lozano afirmó que su ópera prima Matando Cabos, que maneja con humor negro la gravedad del secuestro en México, no pretende “colgarse” del problema para destacar ni hacer un llamado de alerta a las autoridades: “sólo queremos que la gente se ría de lo que comúnmente no tiene gracia”.
En entrevista el director mexicano aceptó que el largometraje realizado por la casa productora Lemon Films, bajo la supervisión de los hermanos Billy y Fernando Rovzar Diez-Barroso, tiene escenas violentas en las que se aprecian asesinatos, severas agresiones físicas e incluso, la mutilación del dedo de la víctima.
No obstante, considera que estos eventos por increíbles que parezcan no son trascendentales en la mente del público, ya que éste mantiene su atención en las peripecias o errores de los plagiarios, así como en las chuscas aventuras de segundos involucrados por equivocación en el ilícito.
“La gente se la pasa riendo durante todo el tiempo (105 minutos) que dura la película, pese a que estamos tocando un tema grave y lamentable en México, sobre todo, en el Distrito Federal. Pero consideramos que esa es la finalidad del humor negro”, comentó.
Sobre la reacción que tendrían las personas que han sido privadas de su libertad al observar el filme, señaló que les afectará de la misma manera cuando alguien sostenga una conversación sobre el secuestro o se mencione en los noticiarios.
“Sólo será a un nivel muy personal, porque en realidad no se toca el tema tan crudo y tan profundo como decirle a la gente: ¡Cuidado, porque estamos en peligro!”. No es una crítica política, sólo es una circunstancia de la historia”, abundó.
Resaltó que Matando Cabos es una película de entretenimiento de calidad, que surge a partir de la idea de ofrecer una propuesta diferente al cine mexicano.
Añadió que el guión de su inspiración, en colaboración con los actores Tony Dalton y Kristoff, es honesto, claro y desenfadado de los temas que se cuentan, que aunque guarden cierto dramatismo siempre deben mantener un toque de simpatía y diversión.
El largometraje, victorioso de poseer efectos en peleas y persecuciones realizadas por David Barret, director de escenas de acción en Matrix Reloaded y Spiderman 1 y 2, tuvo un costo de 25 mil dólares, siete millones de pesos de ellos proporcionados por el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine).
Satisfecho con la clasificación B-15 que en los cines se le dará a la cinta, reveló orgulloso que 300 copias serán distribuidas a nivel nacional para su proyección y que en ya se negocia su exhibición en Estados Unidos con la esperanza de que también participe con éxito en varios festivales del resto del mundo.
Los actores Ana Claudia Talancón y Pedro Armendáriz, quienes tienen una participación breve en la trama, con los personajes de Paulina y el Lic. Cabos, respectivamente, apuntaron en conferencia de prensa, que en el cine no existen los papeles pequeños, mientras el proyecto sea interesante y esté bien realizado.