AGENCIAS
KABUL, AFGANISTÁN.- Dieciséis personas que se habían anotado para participar en las próximas elecciones en Afganistán fueron asesinadas ayer por los talibán en una oficina electoral en el centro de ese país, informaron fuentes oficiales.
El presidente del Gobierno de transición afgano, Hamid Karzai, pidió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que incremente su presencia militar en el país para asegurar la realización de los comicios nacionales previstos para septiembre venidero.
El ataque ocurrió el viernes, en una carretera de la provincia meridional de Uruzgán, dijo Rozi Jan, el jefe de la policía local.
Jan añadió que había 16 hombres en la camioneta, cuando ésta fue detenida por un número indeterminado de asaltantes.
Cuando los milicianos revisaron los documentos de los ocupantes y se enteraron de que se habían empadronado para votar en las elecciones, abrieron fuego. Dos de los hombres escaparon y alertaron a la policía, que encontró los cadáveres pero no realizó detenciones.
Obaidullah Jan, jefe de Gobierno en el distrito de Uruzgan, confirmó el ataque, pero dijo que 16 personas habían muerto y sólo un hombre sobrevivió.
El informe sobre esos asesinatos fue brindado un día después que una bomba destruyó una camioneta que transportaba a varias funcionarias electorales afganas hacia una ciudad oriental de Afganistán, matando a por lo menos dos de ellas e hiriendo a 13.
Un comunicado de la oficina de Naciones Unidas en Kabul señaló que el conductor del autobús abandonó el vehículo “justo antes de la explosión” y que ha sido detenido como sospechoso de participar en el atentado.
En llamadas a varios medios de comunicación, los talibanes asumieron el atentado, considerado por el representante especial de la ONU para Afganistán, Jean Arnault, como un intento de “parar el impulso a una amplia participación femenina” en los próximos comicios.
Los Talibán, que gobernaron en Kabul entre 1996 y finales de 2001, impusieron un régimen de total marginación de las mujeres, a las que impidieron el trabajo o cualquier actividad pública y pretenden ahora boicotear los próximos comicios, que el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha insistido que serán en septiembre.
Karzai condenó ayer el atentado, que calificó de “acción antiislámica y odiosa” y advirtió que “los enemigos de la paz y la estabilidad no podrán impedir que nuestra nación acuda a las elecciones con este tipo de hechos inhumanos”.
Sin embargo, la inseguridad, la falta de un censo suficiente y la escasez de fondos para organizar los comicios, son los tres factores principales que hacen temer a la ONU que las elecciones generales afganas, que debían haberse celebrado este mes de junio y fueron retrasadas a septiembre, tengan que ser aplazadas de nuevo.
De los más de diez millones de personas con derecho al voto que se calcula que hay en Afganistán, las 400 oficinas del censo del país, estrictamente segregadas por sexos, han registrado hasta ahora a unos 4.5 millones de votantes, algo más del 35 por ciento mujeres.
