AGENCIAS
KIGALI, BURUNDI.- La matanza de más de 150 personas en un campo de refugiados tutsi congoleños en Burundi produjo ayer la consternación de la ONU y la indignación del Presidente burundés.
El Ejército de Burundi informó que encontró los cadáveres de 159 personas tras un ataque el viernes por la noche contra el campo de refugiados de Gatumba, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo (RDC) a la altura de Uvira, localidad congoleña al extremo norte del lago Tanganyika.
El último grupo rebelde hutu aún en activo en Burundi, las Fuerzas Nacionales de Liberación (FNL), se atribuyó la autoría del ataque, pero insistió en que disparaba sólo contra los miembros de las fuerzas de seguridad burundeses que se habían adentrado en el campo ante el avance de los rebeldes.
Tras visitar el escenario de la matanza, el presidente de Burundi, el hutu Domitien Ndayizeye, dijo sobre esa versión: “lo desmiento totalmente. Como se ha visto, son civiles, especialmente niños y mujeres, que han sido salvajemente masacrados”.
Ndayizeye también afirmó que se trataba de una agresión lanzada desde la vecina República Democrática del Congo (RCD) por parte de una “coalición” y agregó que, “según los testigos, los atacantes hablaban dialectos congoleños, además del kirundi”, principal idioma de Burundi.
Los muertos, además de los más de 110 heridos, recibieron no sólo balazos sino también machetazos, y algunos de los cadáveres fueron quemados, según testigos. Se teme por las vidas de unos 30 heridos, dada la gravedad de su estado.
Acudió también al lugar de los hechos la enviada especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Burundi, Noureldine Satti, quien se mostró “horrorizada”.
“Sólo puedo expresar mi incomprensión ante semejante barbaridad”, agregó la representante de Kofi Annan, durante su visita al campo, que es administrado por la ONU.
Una portavoz de la Misión de la ONU en Burundi, Isabelle Abric, que acompañaba a Satti, dijo que “es monstruoso que hayan atacado, asesinado y quemado a mujeres y niños, no cabe más que la indignación ante esta violencia”.
“Lo que hemos visto hasta ahora son muchos, muchos, muchos cadáveres de niños, de mujeres y de hombres”, dijo Eliana Nabaa, vocera de la misión de la ONU en el Congo. “Cuando ocurrió el ataque, la gente estaba durmiendo. (Varias) personas fueron asesinadas mientras intentaban huir”.
Ruanda considera que se trata de “un proyecto de genocidio en la zona, facilitado por la política de exclusión (de los tutsis congoleños) impulsada por muchas gentes en la RDC”, según declaró Richard Sezibera, representante para los Grandes Lagos del presidente ruandés, Paul Kagame.
Sezibera dijo sospechar que los responsables de la matanza son no sólo los rebeldes burundeses de las FNL sino también miembros del antiguo Ejército de Ruanda (FAR) y de las milicias “Interahamwe”, considerados responsables del genocidio cometido contra los tutsis y hutus moderados de Ruanda entre abril y julio de 1994.
En este último mes, las fuerzas rebeldes de Kagame, en una ofensiva desde Uganda, lograron expulsar del país a los efectivos de las FAR y de Interahamwe, que huyeron a la RDC (entonces Zaire).