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Matrimonio gay

Sergio Sarmiento

“Amor no es mirar el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección”.

Antoine de Saint-Exupéry

La Corte Superior Judicial de Massachusetts, el máximo tribunal de ese estado de la Unión Americana, determinó la semana pasada que los homosexuales deben tener los mismos derechos de matrimonio que los heterosexuales. Las consecuencias que esta decisión puede tener en la vida de millones de personas, no sólo en Massachusetts sino en el resto de los Estados Unidos y quizá en otros países del mundo, son enormes.

Ya el pasado mes de noviembre el mismo tribunal determinó que Massachusetts no podía limitar el derecho de los homosexuales a establecer uniones legales. Los legisladores estatales consideraron la posibilidad de establecer una figura cercana al matrimonio que denominaron “unión civil” (y que me recuerda las “uniones de convivencia” que el jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador ha congelado en el Distrito Federal). Los ministros de la Corte, sin embargo, han rechazado esa posibilidad. Su posición es que nada que no sea un matrimonio formal resuelve el problema. La ley en Massachusetts no puede discriminar a nadie por sus preferencias sexuales. Los homosexuales simplemente deben tener los mismos derechos que los heterosexuales.

La decisión del máximo tribunal de Massachusetts generó una brusca reacción por parte del presidente de los Estados Unidos George W. Bush, quien declaró de inmediato que haría todos los esfuerzos legales posibles para “preservar la santidad del matrimonio”. Pero en realidad sus opciones son escasas. El matrimonio en los Estados Unidos —como en México— es un contrato que se ubica en el fuero estatal y no en el federal. Para lograr la prohibición del matrimonio entre homosexuales en Massachusetts el Presidente tendría que obtener una enmienda constitucional que colocara el matrimonio bajo la égida de la federación. Pero las posibilidades de lograr esta enmienda son realmente muy pequeñas.

Bush está consciente de que si quiere evitar que los matrimonios entre homosexuales se extiendan por toda la Unión Americana, tiene que echar para atrás la decisión de Massachusetts. Después de todo, el principio que prohíbe la discriminación, que es la base de la decisión de Massachusetts, está presente en la legislación federal y en la del resto de los estados. Si los grupos de defensa de los derechos de los homosexuales han tenido éxito para establecer la libertad de matrimonio en Massachusetts por la vía judicial, es probable que lo puedan hacer también en otros estados o incluso a nivel nacional.

Los acontecimientos en la Unión Americana han hecho surgir esperazas de que en México, a pesar del diferente sistema legal, también se pueda promover la legalización del matrimonio entre homosexuales por la vía judicial. En el año 2001, después de todo, se introdujo en la Constitución mexicana una enmienda que prohíbe la discriminación en contra de cualquier persona por su origen étnico o por sus preferencias sexuales. Y, sin embargo, todas las legislaciones estatales en nuestro país violan esta garantía al impedir el matrimonio entre individuos del mismo sexo distinto. Más que tratar de convencer a los políticos conservadores, como López Obrador, de la justicia de permitir las “uniones de convivencia” entre personas del mismo sexo, el camino más lógico sería denunciar las leyes existentes al amparo de la prohibición constitucional a la discriminación.

La decisión de la Corte Superior de Massachusetts abre la posibilidad de que en Estados Unidos el matrimonio entre homosexuales termine por ser aceptado. Si bien los matrimonios se rigen por leyes locales, las ceremonias realizadas en un estado son legalmente válidas en el resto de la Unión. Tendremos que ver qué trato le darán los demás estados a los matrimonios entre homosexuales realizados en Massachusetts. Habrá que esperar también a una previsible oleada de acciones legales con las que se tratará de obligar a otros estados a aceptar el matrimonio entre homosexuales sobre las mismas bases legales que llevaron a su aceptación en Massachusetts.

Quizá por eso las organizaciones gay en Estados Unidos están afirmando que la decisión de la Corte de Massachusetts es tan importante como el fallo Brown vs. Junta de Educación de la Suprema Corte de Justicia, el cual sentó las bases para acabar con el sistema de segregación racial en la Unión Americana.

Casablanca

Seis años después se da el clásico “usted disculpe” a los acusados del caso Casablanca. Mientras tanto han pasado seis años en la cárcel y han perdido sus empleos. Todo esto como consecuencia de una operación ilegal en que se usaron fondos públicos de Estados Unidos para ofrecerles una tentación a funcionarios bancarios.

Correo electrónico:

sergiosarmientof@todito.com

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