JUKKASJARVI, SUECIA, (AP).- Cuando Jane Blake dijo “Sí, quiero” no estaba en claro si su voz temblaba de emoción o de frío.
Su capa de terciopelo apenas la protegía del frígido clima ártico donde se consagraba su boda.
El novio, Miles Wakefield, se veía apenas un poco más cómodo con su traje térmico confeccionado a medida. Pero hacia el final de la ceremonia de media hora los labios se le estaban tiñendo de púrpura.
“Hoy pasaremos nuestra noche de bodas en una suite en el Hotel de Hielo”, dijo el ingeniero de 32 años al salir con su novia de la iglesia en forma de iglú.
La pareja vino desde Essex en Inglaterra a este pequeño pueblo sueco, a 200 kilómetros dentro del círculo ártico, sólo para consagrar su unión con varios grados bajo cero.
Otras tres parejas británicas aguardaban el momento de hacer el recorrido solemne por el pasillo de la Iglesia de Hielo, una capilla helada que se alza junto al famoso Hotel de Hielo de Jukkasjarvi.
Por lo menos otras cuatro capillas han sido construidas en hoteles de hielo y nieve en Finlandia, Canadá y Alaska, en lo que se ha convertido en una alternativa exótica a las bodas en latitudes tropicales.
