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MÉXICO, DF.- Las condiciones de comercio para los productos mexicanos en Estados Unidos mejoraron en abril pasado, aunque persiste la pérdida de mercado en los sectores automotriz, textiles y calzado debido a la mayor competencia internacional, principalmente de países asiáticos.
Así lo establece el Grupo Financiero Banamex (GFB) en el estudio "Exportaciones Manufactureras Mexicanas hacia Estados Unidos", en el que plantea que si bien en abril los envíos de productos mexicanos a Estados Unidos crecieron a una tasa menor en 11 por ciento, el dinamismo mejora y es superior al de la producción en ese país.
Atribuye esa tendencia a la reactivación sostenida de los productos en los que México participa de manera activa y posee un grado de respuesta mayor frente al incremento de la demanda como el caso de los productos eléctricos y electrónicos, que representan 36 por ciento de las exportaciones de manufacturas hacia el país vecino.
Sin embargo, asegura que persiste pérdida de mercado en sectores como automotriz terminal, textiles y calzado por efecto de la mayor competencia internacional, en especial, con países asiáticos.
De cualquier manera, la perspectiva para los envíos mexicanos continúa positiva y prevé que la tendencia se mantenga e, incluso, hacia el final del año pueda evitarse una pérdida de mercado mayor.
Aclara que a pesar de que el entorno favorable de la expansión económica de Estados Unidos impulsa los envíos mexicanos, sigue el riesgo de que la mayor competencia internacional impida una mayor penetración de los mismos en el mediano y largo plazos.
Para evitar ese fenómeno que afectaría el sector exportador, la institución financiera insiste en la necesidad de que se concreten acuerdos para la aprobación de las Reformas Estructurales que permitirían fomentar la mayor competitividad y productividad de la industria mexicana.
Amarga disputa
Productores agroindustriales de México y Estados Unidos han logrado progresos importantes en las negociaciones para poner fin a la amarga disputa entre el azúcar mexicano y la fructosa de maíz estadounidense, así como para establecer las bases de un comercio "ordenado y equilibrado" de endulzantes entre los dos países.
Tras nueve meses de conversaciones, las partes han conseguido reducir sus diferencias a unos cuantos puntos que, de ser acordados mutuamente, permitirían presentar a los gobiernos mexicano y estadounidense una propuesta consensuada para un acuerdo binacional.
Los equipos negociadores se reunirán esta semana en Nueva York con el ánimo de alcanzar una solución definitiva.
"Hemos repasado casi todos los temas y le podría decir que hemos hecho un gran progreso en el sentido de que el 99 por ciento de los puntos que se han tratado están acordados en nuestro equipo de trabajo", afirma José Rubén García Treviño, vicepresidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera.
"Ambas partes coinciden en las bases de un acuerdo comercial "dirigido" y sólo es cuestión de trabajar algunos detalles.
Esperamos tenerlo en los próximos meses", dice a su vez, Jack Roney, director de economía y análisis de la American Sugar Alliance, el organismo que agrupa a los productores estadounidenses de azúcar de caña y remolacha y de jarabe de fructosa.
La base general del acuerdo que negocian ambas partes consiste en establecer un esquema de cupos recíprocos para el azúcar mexicano y la fructosa estadounidense.
Bajo esta propuesta, México se comprometería a aceptar una determinada cantidad de fructosa en el mercado nacional -tanto importada como producida localmente- y Estados Unidos accedería a recibir las exportaciones de azúcar mexicano en una proporción similar.
Para ello, tendrían que cumplirse varias condiciones. México tendría que eliminar el impuesto especial de 20 por ciento a las bebidas elaboradas con endulzantes distintos al azúcar, que el Congreso aprobó en enero de 2002.