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Mel Gibson provoca la meditación con su

AP

INDIANAPOLIS, EU.- A pocos días de Semana Santa, el período más importante en el calendario litúrgico cristiano, los fieles encaran la conmemoración con un tono más sombrío que el habitual.

El monumental éxito cinematográfico de La Pasión de Cristo, la película de Mel Gibson, ha hecho que una legión de cristianos haya decidido concentrase en los sufrimientos de Jesús durante los servicios del Domingo de Ramos el cuatro de abril y la crucifixión el Viernes Santo, dos días antes de la resurrección pascual el domingo 11.

"Me ha dado una perspectiva totalmente distinta en esta temporada”, dijo Jill Burns, un dentista de Indianápolis.

Miembro de la Iglesia Cristiana Geist (Discípulos de Cristo) -que al igual que otras congregaciones en el país fue a ver en masa la película-, Burns dijo que su crianza protestante le había hecho poner escaso énfasis en los padecimientos del Gólgota. Pero este año es distinto.

"Lo estoy tomando mucho más personalmente”, dijo Burns, quien vio la película de Gibson con sus dos hijos adolescentes. "Me estoy preparando para la agonía del Viernes Santo”.

Gibson ha dicho que su épica es una meditación profundamente personal sobre las últimas horas de Cristo y el sacrificio de su vida, mediante el cual los cristianos creen que se reconcilian con Dios pese a sus pecados.

Aunque un número sustancial de críticos ha dicho que la devoción de Gibson decae en el morbo y la crueldad gratuitos, muchos espectadores cristianos disienten, y el filme sin duda ha puesto en primer plano la crucifixión para los católicos, protestantes y ortodoxos de toda denominación.

"Lo que ha hecho Mel para nosotros es recordarnos qué hizo Jesús por nosotros en la cruz”, dijo el religioso Elmer Goodeill, ministro evangélico en Centralia, Washington. “Nos ha recordado la pasión y el amor que tuvo Jesucristo por nosotros para someterse a la humillación, al castigo”.

La Pasión también ha suscitado uno de los períodos evangélicos más fervorosos y difundidos en la reciente historia estadounidense. La película ha inspirado estudios bíblicos, series de sermones y otras técnicas de enseñanza en las iglesias que han abarcado todo el espectro teológico.

Las bases de dicha movilización comenzaron mucho antes de que la película se estrenara el Miércoles de Ceniza, el 25 de febrero.

Antes de esa fecha Gibson ofreció proyecciones privadas para evangélicos y conservadores en general, y la cinta se promovió por medio de espacios en la internet como www.thepassionoutreach.com.

Las congregaciones invitaron a los vecinos no religiosos de sus comunidades a ver la película junto con ellos. Las guías de estudio y otros libros vinculados con la cinta han llenado las estanterías de las librerías cristianas.

Geist Christian arregló dos proyecciones privadas para 900 miembros e invitados. Organizó todo su programa de Cuaresma en torno de la película, y alentó a sus miembros a escribir ensayos sobre Jesús y a aprovechar los sermones para desarrollar temas como Cristo educador, profeta social y doliente.

"Cuando la gente vio La pasión de Cristo debió plantearse preguntas. Quise crear un ambiente en la Iglesia que respondiera dichas preguntas”, dijo el religioso Randy Spleth, ministro principal de la congregación de 2 mil 300 miembros.

Otro componente del programa de Cuaresma fue un festival de cine que presentó imágenes cinematográficas alternativas de Jesús, con películas como La Historia más Grande Jamás Contada y Godspell.

"Queríamos crear la oportunidad de que la gente la viera (La Pasión) en ese contexto: sólo un punto de vista sobre quién era Jesús. La cinta es una pieza devocional: la perspectiva artística de Gibson sobre las últimas doce horas de Jesucristo”, dijo Spleth. "Uno puede hacer girar un prisma y ver otros colores”.

En un domingo reciente, mientras Geist desbordaba de actividades con clases, reuniones y actividades juveniles, unas 25 personas se reunieron para ver La Última Tentación de Cristo, la película de Martin Scorsese en la que Satanás tienta a Jesús a descender de la cruz y llevar una vida plenamente humana. Sus escenas de desnudez y la exploración de la sexualidad de Jesús suscitaron protestas durante su estreno en 1988 y muchos cines no la exhibieron.

"De algún modo esta película es test proyectivo”, comentó a los participantes el religioso Edward McNulty, ministro presbiteriano y crítico de cine, antes de presentar la película en una pantalla sobre el altar en el moderno santuario de Geist.

"¿Podemos tener un Jesús que haya sido tentado en todo sentido?”

Fue evidente que la noción inquietó a algunos tal como se reveló en el debate posterior a la proyección. Pero poco a poco las imágenes de La Pasión entraron en el debate.

Cuando alguien sugirió que su denominación se concentrara en la Pascua más que en el Viernes Santo, Rick Ruppert, un arquitecto, objetó: "esta vez quiero concentrarme en el sufrimiento”.

En otro rincón del país, en Centralia, estado de Washington, Goodeill vio La Pasión cuatro veces y tuvo una reacción similar. Al igual que Burns, dijo que la crucifixión se ha tornado para él "más personal”.

"Vemos la sangre de modo distinto, vemos la sangre de Jesucristo”, dijo. "Tenemos una imagen que quedará grabada en forma indeleble para siempre”.

Robert Miclean, subdiácono ortodoxo en el suburbio de Linthicum en Baltimore, insistió a sus estudiantes en grupos juveniles que Cristo no fue la víctima de la crucifixión sino el vencedor. Explicó el efecto transformador que ha ejercido la película sobre muchos espectadores.

"Se desviven por hablar de ella. Es evocadora. Los ha conmovido. Es muy sangrienta, y no es allí donde hacemos hincapié como ortodoxos. Lo que ha ayudado a los jóvenes es hablar sobre la victoria sobre el pecado y la muerte que deriva en la resurrección”, afirmó.

Susan Tullington de Warrenton, Virginia, organizó una serie de charlas en su parroquia católica para debatir la caracterización de la Virgen María como testigo obediente de Dios y el sacrificio de Cristo en aras del amor y la libertad.

Miembros del grupo usaron una guía católica de estudio sobre la cinta para profundizar la comprensión de su fe.

Tullington dijo que la película la inspiró a poner "su fe en acción”.

"Tuve el presentimiento de que esta película iba a atraer a la gente de nuevo a la iglesia”, comentó. "A veces hay que atraerlos con algo que está de moda”.

Llega a Francia

Los obispos católicos franceses censuraron oficialmente la polémica película de Mel Gibson La Pasión de Cristo, que se estrenó en Francia el miércoles, calificándola de potencialmente antisemita y de ser una distorsión de las enseñanzas cristianas.

En un inusual comunicado sobre una película, la conferencia episcopal dijo que Gibson, católico tradicionalista, había realizado una cinta que podría no ser antisemita, pero que "podría utilizarse para respaldar opiniones antisemitas".

La reacción en Francia a la película sobre las últimas 12 horas de la vida de Jesús ha sido hostil, con críticos cinematográficos laicos y líderes religiosos denunciando la extrema violencia y las escenas de flagelación y crucifixión.

Un tribunal de París rechazó el lunes un intento de tres hermanos judíos para prohibir la película basándose en que podía incitar a más violencia antisemita en un país que se esfuerza por contener el aumento de los ataques contra judíos registrados en los últimos tres años.

Varias destacadas personalidades judías de Estados Unidos han calificado de antisemita la película, pero el intento por prohibirla en Francia parecía ser el único asalto legal en su contra.

"La violencia (de la película), que abruma al espectador, acaba borrando el significado de la pasión y la esencia de la persona y el mensaje de Cristo: el amor llevado a su perfección por la entrega voluntaria de uno mismo", dijeron los obispos en un comunicado.

Dijeron que la película, estrenada en unos 500 cines de Francia, no podía ser vista por niños menores de doce años, y añadieron: "¿No es paradójico que una película sobre Jesús no pueda mostrarse a los niños?" Destacados católicos franceses, entre ellos el cardenal de París Jean-Marie Lustiger, han expresado su disgusto con la película, pero las críticas de los obispos fueron el primer comunicado oficial de la jerarquía de la Iglesia.

Periódicos de París dedicaron hasta tres páginas de mayoritariamente críticas hostiles para marcar el estreno de la cinta en Francia.

El único diario que la aplaudió fue el conservador Le Figaro, que calificó la película de "una gran obra (...) por la profundidad de su pensamiento y la belleza de su estructura interna".

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