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MORELIA, MICH.- El premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago, criticó la política imperialista de Estados Unidos y aseguró que el fantasma de la guerra es real y terrible, por lo que México, al igual que muchos otros países, no tienen mucha opción de defenderse.
En ese sentido, dijo que “el presidente de México, Vicente Fox, no tiene otro camino que sonreír y someterse a los deseos del mandatario estadounidense George W. Bush”.
Añadió que ya que el Gobierno estadounidense está tan interesado en conquistar el espacio, deberían mandar a George W. Bush como primer colonizador del planeta Marte. Invitado por el Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Morelia, el autor de obras como “Ensayo sobre la ceguera”, “Todos los nombres” y “La caverna”, también hizo severas críticas contra la iglesia católica y la concepción de un Dios como ser supremo.
“No creo en la necesidad de un Dios, no soy el único, es algo que debemos tener claro, las religiones nunca han servido para acercar a los seres humanos unos a otros”, aseveró.
Indicó que las diferentes manifestaciones religiosas han causado enfrentamientos entre las diferentes sociedades, han derivado en masacres, exclusiones, torturas e intolerancias.
Explicó que los fundamentalismos son una invención de los tiempos modernos y aseguró que si alguna religión ha sido fundamentalista en los últimos años, ha sido la católica.
Detalló que en muchos pasajes de la historia, la iglesia romana ha emprendido encarnizadas persecuciones contra personas que no estaban de acuerdo con su postura y en muchos de esos casos sus mismos perseguidores los han canonizado siglos después.
“¨Dónde esta Dios?, ¿Quién es Dios?, es el creador del universo, ¿por qué no aparece ahora aquí?, para decirme que soy un idiota y que no tengo razón”, cuestionó.
Saramago comentó que la religión católica tiene unos claros tintes de erotismo, pues sus postulados en torno a las prohibiciones sexuales fomenta el libido de sus seguidores.
El también autor del “Evangelio según Jesucristo” , dijo que “el erotismo del catolicismo es enfermizo, la monja, el cura, todo; la gran equivocación de catolicismo ha sido que el cuerpo no existe y se manifiesta, hay que condenarlo”, precisó.
Criticó la postura de la iglesia romana de censurar las prácticas sexuales, pues consideró que como entes humanos Dios dio un sexo a cada quién y “ahora resulta que es pecado el disfrutarlo”.
El Nobel de origen portugués dictó una conferencia magistral denominada “El nombre y la cosa”, en el marco de la cátedra Alfonso Reyes que organiza esta institución de educación privada.