AP
Washington, EU.- Amnistía Internacional dijo ayer que las políticas de seguridad en las Américas se están implementado a un alto costo de los derechos humanos.
“La mayoría de Gobiernos ha interpretado mezquinamente el concepto de seguridad”, dijo en su informe 2004 sobre la situación de esos derechos en el mundo difundido simultáneamente en Londres y Washington.
Indicó que esos Gobiernos “han sido incapaces de encarar efectivamente la amenaza a la seguridad humana que proviene del hambre, pobreza, enfermedades, degradación medioambiental y otros factores similares”.
Menciona de manera particular la “guerra contra el terrorismo” encabezada por Estados Unidos con el empleo “indiscriminado y desproporcionado de medios y procedimientos”.
Pese a que la Organización de los Estados Americanos ha realizado una conferencia especial sobre seguridad hemisférica en octubre, en la cual los Gobiernos se comprometieron a respetar los derechos humanos, estos “han continuado siendo sacrificados en nombre de la ‘seguridad’ “, agregó.
AI no sólo critica los abusos en que han incurrido los Gobiernos sino también los grupos armados. Dijo que ha documentado actividades de 177 de esos grupos en 65 países, incluyendo Colombia, Perú y México en las Américas.
“Los grupos armados están cometiendo crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad”, afirmó William F. Schulz, director de AI en Estados Unidos durante la presentación del informe. “Al mismo tiempo, muchos Gobierno están actuando igual que esos grupos, que ven así una legitimación de sus propias violaciones”.
Indicó que esos grupos, que operan en regiones que en total representan un tercio de la población mundial han cometido abusos que van desde el reclutamiento de niños como soldados hasta el asesinato.
AI critica a Colombia por sus nuevos procedimientos en la guerra contra grupos armados que arriesgan la vida de civiles; a Brasil, por los abusos en su campaña contra la delincuencia común y Guatemala, por las violaciones de derechos humanos rutinarias e impunidad de los responsables de masacres durante el conflicto armado interno.
Igualmente, menciona a México por sus “frecuentes y amplias” violaciones de los derechos humanos y las deficiencias estructurales de su sistema judicial y a Perú, por mantener encarcelados a “numerosos prisioneros de conciencia”.
