Miguel Bosé hace vibrar con sus temas 'sinfónicos' el Auditorio Nacional
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Historias de pasiones rotas, melosas declaraciones de amor, de engaños, de vidas destruidas y hasta de crítica contra los cínicos que pasean por el mundo, le sirvieron de motivo al cantante Miguel Bosé para cumplirse un sueño.
Siempre le ha impreso teatralidad a sus conciertos y como actor tiene amplio currículo (de hecho, debutó como histrión antes que como intérprete), pero desde hace años al cantante le apetecía combinar sus dos mayores afectos y concretó esa idea en la presentación en vivo de su nuevo disco, cuya fase mexicana comenzó anoche en el Auditorio Nacional.
Pero Bosé, quien reconoció que probablemente nunca más realizará espectáculos similares, no llegó solo. La Orquesta Sinfónica y Coro de las Américas y su banda habitual se le unieron para vestir los temas de su CD Por vos Muero (creado precisamente como una banda sonora) y varios de sus éxitos anteriores, de una atmósfera cinematográfica.
Narrador nato, el artista se puso al frente de las decenas de ejecutantes clásicos e invitó a las diez mil personas que llenaron el Auditorio a viajar "por la ternura, la obediencia, la paciencia, por todas las caras del amor", a ir "de película en película" en esa noche mágica en la que él le dio vida a múltiples personajes.
El formato de mezclar a un solista con una sinfónica no es novedoso, pero sí la puesta en escena de Bosé: a no ser por el tamaño de la orquesta dirigida por James Demster y un fondo de colores cambiantes, la escenografía del show fue sólo un par de mesas y otro de sillas que se transformaron de acuerdo con los requerimientos de cada tema.
En su función de dos horas, el ahijado de Pablo Picasso comenzó cantando en francés La Mer, siguió con El Muro y luego con la nueva Levántate y Olvida, idónea para un dueto con Yolanda Cuesta, una de sus coros a quien, como en una cinta dramática, le animaba para dejar en el baúl a un amor perdido.
También dolorosa fue la recreación de "Amiga, gracias por venir", una charla entre una mujer presa y otra que le ayudado a criar a su pequeña hija, basada en un hecho real.
La siguiente fue A una Dama, escrita por Fernando Ortí, director musical del show, con un tono romántico adornado por Bosé con pasos de vals.
Despojado del saco negro y los lentes oscuros con los que inició la velada, Bosé se sacó la camisa del pantalón minutos después y en Mentira Salomé recordó algunos versos de Palmeras, de Agustín Lara.
Llegó luego el turno de El Ilusionista, historia creada a dos manos con Alejandro Sanz sobre un adicto que le destruye la vida a su pareja y que el cantante, con la ayuda de una solitaria silla, representó en medio de la tarima.
Con piropos y silbidos (que más de una vez lo interrumpieron cuando se dirigía al público y que tuvo que calmar con cierta molestia), pasó luego a un par de cortes más introspectivos: Nada Particular, en la que toda la gente se levantó de las butacas y La Belleza, la furiosa canción de Luis Eduardo Aute que alude a los que venden su ideología y que ganó majestuosidad con el sonido orquestal y coral.
Quienes esperaban clásicos, se encontraron con Amiga y Si tú no Vuelves reinventados: más lentos, pero cautivantes, y con Olvídame tú, tema de estreno en el que, al parecer, Bosé no cantó en vivo, tal vez por cuestiones técnicas.
Cerca de la despedida, Demster cedió la batuta a Nicolás Sorín para dirigir Mirarte y Sevilla, en la que el cantante amenazó con no regresar, pero por los aplausos amplió el repertorio.
Tras una pausa, regresó con un traje rojo de terciopelo de larga cola y un ramo de rosas blancas para recitar parte del poema de Garcilaso de la Vega en que basó Por vos Muero y remató con un ramillete de hits, igualmente convertidos a lo sinfónico: Te Amaré, Linda y Partisano, en la que terminó, extenuado, recostado en el suelo.
Sabías qué...
Hay cosas de Miguel Bosé que sus fans podrían no saber...
-Estuvo a punto de protagonizar al adolescente de La Muerte en Venecia, de su padrino Lucchino Visconti, pero no pudo por la frontal oposición que encontró en su padre. Por cierto, el segundo nombre de Miguel Bosé es Lucchino.
-Nació en Panamá por casualidad. La familia estaba de gira taurina por Latinoamérica. Su madre, encinta, no pudo aguantar el viaje en avión y hubo que aterrizar en el país latinoamericano. Dio a luz en el mismo avión.
-Guarda numerosos originales de Pablo Ruiz Picasso, que fue su padrino y, según el propio Bosé ha reconocido, una especie de “abuelo de toda la familia”.
-Su madre, Lucía Bosé, fue Miss Italia en 1947. El tercer lugar de la competición fue para la actriz Gina Lollobrigida.
-Miguel Bosé fue, durante cuatro años, miembro del Partido Radical Italiano. Luchó a favor de la legalización del divorcio, del aborto, de las drogas y por las libertades civiles.
-Antes de ser cantante quiso ser oceanógrafo. Ha declarado públicamente en más de una ocasión su fascinación por las orcas, delfines y ballenas.
FUENTE: Agencias